Juanita Castro, la hermana menor del icónico líder cubano Fidel Castro, falleció a la edad de 90 años en un hospital de Miami el lunes.
Conocida por su disidencia contra el régimen cubano, la vida de Juanita en el exilio estuvo marcada por diferencias políticas, activismo y compromiso con la causa que tanto apreciaba.
Juanita Castro: una vida en disensión y exilio
Juanita Castro, quien abandonó Cuba en 1964, jugó un papel importante en la diáspora cubana. Su crítica abierta al régimen de sus hermanos, primero Fidel y luego Raúl, se convirtió en un rasgo definitorio de su vida.
La periodista María Antonieta Collins, coautora de las memorias de Juanita, anunció su fallecimiento en Instagram, calificándola como una mujer excepcional y una luchadora incansable por la Cuba que amaba.
Nacida el 6 de mayo de 1933, Juanita Castro inicialmente apoyó la Revolución Cubana contra Fulgencio Batista. Sin embargo, sus desacuerdos con Fidel comenzaron cuando se intensificó la persecución política contra los disidentes.
Los contactos con la CIA comenzaron en 1961, lo que la llevó a involucrarse en actividades de oposición y eventualmente al exilio en México. Sus memorias detallan sus actividades encubiertas, incluido ocultar a políticos perseguidos y ayudar a monjas expulsadas.
La vida en el exilio de Juanita Castro: activismo y emprendimientos comerciales
En la década de 1960, Juanita Castro se instaló en Estados Unidos, donde obtuvo la ciudadanía en 1984. Estableciéndose en el sur de Florida, se convirtió en una exitosa empresaria y activista contra el régimen de Castro.
Su farmacia, inaugurada en 1973, sirvió a la comunidad hasta 2006, cuando la vendió a CVS. A pesar de estar separada de sus hermanos por motivos políticos, Juanita mantuvo los vínculos familiares, expresando un profundo dolor por las divisiones.
El activismo de Juanita Castro se extendió más allá de su familia inmediata, apoyando a la Acción Católica Cubana y ayudando a personas perseguidas. Su oposición al régimen comunista se basó en su compromiso con los principios, lo que la llevó a unirse a la lucha de la comunidad exiliada por la justicia.
Su legado incluye una vida marcada por la resiliencia, la lucha contra la opresión política y la contribución a la narrativa de la diáspora cubana.
Su vida en Miami
En sus últimos años, Juanita Castro se retiró de la atención de los medios y residía en el barrio residencial de Coral Gables en el sur de Florida. A pesar del fallecimiento de su hermano Fidel en 2016, el compromiso de Juanita con sus principios se mantuvo firme.
Su partida marca el fin de una era y deja atrás un legado de disidencia, resiliencia y un amor ferviente por la Cuba por la que luchó.
A medida que el viaje de Juanita Castro llega a su fin, la comunidad de exiliados cubanos reflexiona sobre sus contribuciones y la marca que deja en la narrativa de la disidencia contra el régimen de Castro.
Su fallecimiento genera un momento de recuerdo para una mujer que, contra todo pronóstico, se mantuvo firme en sus convicciones y tuvo un impacto duradero en la diáspora cubana.
