El nombre de Dick Cheney quedó inscrito en la historia política de Estados Unidos como el del vicepresidente más poderoso e influyente que haya pasado por la Casa Blanca. Figura clave del ala conservadora republicana, estratega implacable y defensor del poder ejecutivo sin límites, Cheney fue durante años el verdadero arquitecto de las decisiones más controvertidas de la era moderna, especialmente durante la presidencia de George W. Bush.
Cheney falleció a los 84 años, según informó su familia, debido a complicaciones cardíacas y pulmonares. Su vida pública abarcó más de cuatro décadas de servicio: jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista por Wyoming, secretario de Defensa durante la Guerra del Golfo (1991) y vicepresidente entre 2001 y 2009. Su influencia fue tal que se le consideró “el poder detrás del trono” en los años posteriores a los atentados del 11 de septiembre.
El cerebro de la guerra de Irak

Durante el gobierno de George W. Bush, Cheney fue el principal impulsor de la guerra de Irak y de la doctrina del “poder preventivo”, convencido de que Estados Unidos debía actuar antes de ser atacado. Su defensa de los interrogatorios coercitivos, la vigilancia masiva y las detenciones sin juicio lo convirtieron en una figura profundamente polarizadora, admirada por los halcones y temida por los defensores de los derechos civiles.
Pese a las críticas, Cheney nunca se retractó. “Era necesario proteger a la nación, incluso si eso implicaba decisiones difíciles”, solía decir. Para muchos analistas, redefinió la vicepresidencia al convertirla en un centro paralelo de poder, donde se decidían políticas exteriores, energéticas y de seguridad nacional.

De halcón republicano a crítico de Trump
Años después, el exvicepresidente se enfrentó abiertamente a Donald Trump, a quien calificó como “la mayor amenaza a la república en la historia del país”. La ruptura fue aún más visible cuando su hija, Liz Cheney, se convirtió en una de las principales voces republicanas contra el expresidente por su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En un gesto impensable para un ícono del conservadurismo, Cheney declaró en 2023 que votaría por Kamala Harris antes que por Trump, reflejando su distanciamiento del nuevo rumbo del Partido Republicano.

Un legado de poder y controversia
Sobreviviente de cinco infartos y receptor de un trasplante de corazón, Cheney fue conocido por su discreción, su carácter férreo y su capacidad para operar tras bambalinas. Su influencia transformó la vicepresidencia, dotándola de una autoridad ejecutiva inédita.
Admirado por su lealtad y criticado por su secretismo, Dick Cheney cambió para siempre la forma en que se ejerce el poder en Washington. Su figura simboliza una época de decisiones duras, guerras preventivas y una visión implacable del liderazgo estadounidense.
Le sobreviven su esposa Lynne, y sus hijas Liz y Mary Cheney.