La comunidad se reunió la noche del miércoles en una vigilia marcada por el dolor y la solidaridad, tras el tiroteo ocurrido en la Escuela Católica de la Anunciación, donde un atacante abrió fuego durante una misa escolar, dejando dos niños muertos y 17 heridos.
En el gimnasio de una escuela cercana, cientos de personas se abrazaron, rezaron y lloraron junto al gobernador Tim Walz y miembros del clero. El arzobispo Bernard Hebda destacó la valentía de los estudiantes que intentaron protegerse mutuamente: “En medio de todo hubo valentía, hubo coraje, pero sobre todo hubo amor”.
La tragedia ocurrió el miércoles por la mañana, cuando Robin Westman, de 23 años, disparó con un rifle, una escopeta y una pistola contra los niños que asistían a misa. Luego se quitó la vida, informó el jefe de policía Brian O’Hara.
Las víctimas mortales eran de 8 y 10 años. Entre los heridos figuran 14 menores de 6 a 15 años y tres feligreses de edad avanzada, quienes se espera sobrevivan.
El reverendo Dennis Zehren, presente en la ceremonia con casi 200 estudiantes, relató que el ataque comenzó cuando terminaban el Salmo Responsorial: “Alguien gritó ‘¡Abajo, abajo, todos al suelo!’ y de inmediato comenzaron los disparos”.
Testimonios de sobrevivientes
El estudiante de quinto grado Weston Halsne contó que se agachó detrás de los bancos mientras un amigo lo protegía con su cuerpo y resultó herido. “Estaba muy asustado por él, pero creo que ahora está bien”, dijo el niño de 10 años.
Vincent Francoual explicó que su hija de 11 años, Chloe, logró sobrevivir corriendo escaleras abajo y escondiéndose en un salón, aunque aún tiene dificultades para hablar de lo ocurrido: “Nos dijo que pensó que iba a morir”, relató.
Investigación y perfil del atacante
El director del FBI, Kash Patel, confirmó que el caso se investiga como terrorismo interno y crimen de odio contra católicos.
La policía encontró una bomba de humo en el templo y rastrea publicaciones en redes sociales que relacionan a Westman con la iglesia. En un canal de YouTube, eliminado después de la masacre, el atacante mostró un arsenal de armas y municiones con frases como “matar a Donald Trump” y “¿Dónde está tu Dios?”. En otro video, apuñalaba un dibujo de las ventanas de la iglesia.
O’Hara señaló que Westman no tenía un historial criminal extenso y que actuó en solitario. Funcionarios federales lo identificaron como transgénero, mientras que el alcalde Jacob Frey rechazó el odio hacia la comunidad trans. En 2020, un juez había aprobado el cambio de nombre de Robert a Robin a petición de su madre.
Reacciones
El director de la escuela, Matt DeBoer, elogió la respuesta de estudiantes y maestros: “Los niños estaban agachados. Los adultos protegían a los niños. Los mayores cuidaban de los más pequeños”.
El gobernador Walz calificó el hecho como un “acto de maldad, horror y muerte” contra menores que recién iniciaban el ciclo escolar. Ordenó bajar las banderas a media asta, medida que también adoptó el presidente Donald Trump en edificios federales.
Desde el Vaticano, el papa León XIV, primer pontífice estadounidense, envió un telegrama de condolencias asegurando que reza por las familias de las víctimas.
Una comunidad herida
Fundada hace 102 años, la Escuela de la Anunciación, ubicada en un barrio residencial al sur del centro de Minneapolis, es considerada una institución acogedora y solidaria. Vecinos y exalumnos describieron la tragedia como un golpe devastador a una comunidad históricamente unida.
Mientras continúan las investigaciones, el recuerdo de los niños fallecidos y la recuperación de los heridos concentran el apoyo y la oración de toda la ciudad.
