Un policía y un transeúnte murieron este martes en un ataque armado contra un equipo de vacunación contra la polio en el noroeste de Pakistán, apenas un día después de que el país lanzara su última campaña nacional de inmunización de 2025.
El ataque ocurrió hacia las 12:30 hora local (07:30 GMT) en el área de Tangi, ubicada en la conflictiva provincia de Khyber Pakhtunkhwa. «Terroristas desconocidos abrieron fuego contra el equipo de polio, matando a un oficial de policía y a un peatón», informó a EFE por teléfono Jafar Hussain, oficial del control policial de la localidad.
Aunque los trabajadores sanitarios encargados de administrar las vacunas resultaron ilesos, los agresores lograron huir tras el tiroteo.
El incidente revive los riesgos extremos de la lucha contra la enfermedad en Pakistán, que lucha contra la resistencia de grupos armados y sectores conservadores, que sostienen que la vacuna es una conspiración occidental para esterilizar a los niños musulmanes o que contiene productos derivados del cerdo.
Para proteger a los sanitarios, el Gobierno ha desplegado a unos 21.000 efectivos de seguridad en todo el territorio, conscientes de que estos trabajadores son blanco frecuente de grupos fundamentalistas.
La persistencia del virus, que ha dejado unos 30 casos en lo que va de año, es considerada una emergencia. El Jefe de Gobierno de la provincia de Sindh, Murad Ali Shah, calificó recientemente de «vergonzoso» que la enfermedad siga presente y advirtió de que «no hay otro camino» que la vacunación total para evitar el aislamiento sanitario del país.
Pakistán y Afganistán son los únicos dos países del mundo donde la poliomielitis sigue siendo endémica.