La primera dama de Haití, Martine Moïse, quien resultó herida en el ataque en el que fue asesinado el presidente Jovenel Moïse, fue formalmente acusada por el juez de instrucción W. Voltaire de participar en el asesinato de su marido, ocurrido en la noche del 6 al 7 de julio de 2021.
Martine Moïse se negó a comparecer ante el juez instructor que supervisa el caso. La viuda del presidente siempre ha abogado por la creación de un Tribunal Penal Internacional (TPI) para el caso Moisés, multiplicando los trámites, especialmente ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
A propósito de esta noticia surge nueva vez la interrogante de, quién es esta mujer. Martine Moïse nació el 5 de junio de 1974 en Puerto Príncipe, según la biografía en la Red de Acción de las Esposas de los Líderes del Caribe la Comunidad del Caribe-Caricom (SCLAN, por sus siglas en inglés). Estudió Interpretación en la Universidad de Quisqueya en la capital haitiana. Es empresaria y como primera dama trabajó bajo el lema «Todo por los niños» para iniciativas a favor de la niñez. También promovió la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Es la presidente de la Fondasyon Klere Ayiti, una fundación que proporciona servicios en cultura y educación a la población. También es presidenta de la coordinación del Global Fund para la lucha contra el VIH.sida, la tuberculosis y la malaria.
Sobre el asesinato
A la 1:00 de la mañana del miércoles 7 de julio de 2021, hombres armados irrumpieron en la vivienda oficial en Puerto Príncipe del presidente número 58 de Haití: Jovenel Moïse.
La noticia corrió como pólvora. Y para la madrugada, medios de comunicación ya daban a conocer el magnicidio de Moïse, que fue confirmado por el entonces primer ministro interino y excanciller haitiano, Claude Joseph, y causó consternación en la comunidad internacional.
En la casa también estaba su esposa, Martine Moïse, quien fue herida de bala, y enviada hacia Estados Unidos para su recuperación y protección.
Sus restos fueron enterrados el 23 de julio, en su ciudad natal, Cabo Haitiano, a unos 198 kilómetros de distancia de la capital haitiana.
Pero no fue un sepelio pacífico. De hecho, las protestas de sus seguidores que reclamaban justicia hicieron que la ceremonia se retrasara por un par de horas.
El periodista haitiano Milo Milfort comentó con Listín Diario que desde el magnicidio la crisis sociopolítica y económica se ha deteriorado aún más en Haití, sobre todo con el aumento de los secuestros y los conflictos con bandas armadas.