El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, le ordenó a la írrita Asamblea Nacional, que “estudiaran la posibilidad” de incluir una novena estrella en la bandera nacional.
“Están pidiendo la novena estrella, el gobernador del Zulia, Omar Prieto. Me gusta la idea, dejo la idea abierta para que la Asamblea Nacional la estudie y debata y tengamos una recomendación y una decisión”, dijo el dictador en una alocución en vivo.
El jefe del Partido Socialista Unido de Venezuela aseguró que la estrella representaría los 200 años de la liberación de Maracaibo, capital del estado Zulia, al oeste del país, que hace frontera con Colombia.
Esta no es la primera vez que el chavismo quiere hacer una modificación a los símbolos patrios de Venezuela, ya en 2006 el ex presidente Hugo Chávez le incorporó una octava estrella al pabellón nacional, que históricamente había tenido siete.
La excusa a la que apeló Chávez en ese momento fue que buscaba reivindicar la bandera que había propuesto de el libertador Simón Bolívar en 1817 y que tuvo una vigencia provisional.
Aquella bandera por demás era distinta, debido a que, si bien mantenía el tricolor característico, las estrellas estaban ubicadas en la franja amarilla, eran de color azul y estaban en posición horizontal y no en arco como se manifiestan en la actualidad.
Bandera original de la República de Venezuela, con sus siete estrellas blancas en forma de arco en la franja azul, que simbolizan las siete provincias que declararon la independencia del yugo español en 1810
La administración chavista también ha cambiado el escudo de armas de Venezuela, así como el nombre del país, todos estos cambios con la intención de plasmar de manera simbólica la ideología del régimen socialista en los símbolos patrios de la nación.
Maduro ha hecho un llamado de “rectificación profunda” al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, producto de las políticas de su antecesor, Donald Trump, mientras ha abogado por “un nuevo comienzo” de las relaciones bilaterales entre ambas naciones.
Sin embargo, las recientes declaraciones del nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien está a la espera de que su confirmación sea avalada por el Congreso, la actitud de Washington hacia Venezuela no parece que vaya a presentar cambios significativos.
Ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, Blinken no solo insistió en la necesidad de mejorar las sanciones contra Venezuela y sus aliados para que “realmente sientan el dolor”, sino que además el líder opositor Juan Guaidó seguirá siendo considerado el presidente encargado del país.
“Estoy muy de acuerdo con los pasos que se dieron con respecto a Venezuela en los últimos años, incluyendo el reconocimiento del señor Guaidó y el reconocimiento de su Asamblea Nacional como la única institución elegida democráticamente en Venezuela”, dijo.