Santo Domingo, República Dominicana – La noche del 8 de abril dejó una herida que aún no cicatriza en la música dominicana.
El colapso del techo de la discoteca Jet Set, en plena presentación, acabó con la vida de más de 200 personas, incluyendo al legendario merenguero Rubby Pérez.
Pero además de la tragedia nacional, este evento destapó profundos conflictos familiares, especialmente entre su hija mayor, Zulinka Pérez, y Michelle Reynoso, madre de la hija menor del artista.
Rubby estuvo casado durante 50 años con Inés Lizardo, su gran amor desde los 17 años y madre de sus cuatro hijos. Fue una relación sólida y pública, una historia de vida marcada por el compañerismo, la música y la familia.
Inés falleció en 2022 tras una larga lucha contra el cáncer de seno. Su partida dejó un vacío irreparable no solo en Rubby, sino también en sus hijos, especialmente Zulinka, quien desde entonces asumió un rol protector sobre el legado de su madre.
Sin embargo, detrás de esa imagen familiar, también existía una historia paralela: Rubby había procreado una hija fuera del matrimonio con Michelle Reynoso, la diseñadora dominicana que se mantuvo mayormente alejada del ojo público.
La existencia de esta relación fue un punto sensible dentro de la familia, generando tensiones, resentimientos y distancias difíciles de superar.
Tras la tragedia, Zulinka habló públicamente. En una entrevista reveló los momentos de terror vividos en Jet Set, cuando vio una viga caer sobre su padre. Contó cómo escapó entre los escombros mientras su esposo quedaba atrapado.
Y más allá del dolor físico, expresó el emocional: “Perdí a mi papá, mi jefe, el viudo de mi mamá, el abuelo de mi hijo… mi alma quedó dividida”.
Durante esa misma entrevista, Zulinka se refirió directamente a Michelle Reynoso.
Dijo que su madre, Inés, siempre le pidió que la perdonara, pero reconoció que el daño causado fue profundo. “Michelle es una muchacha inmadura. Me ha hecho mucho daño, nos ha hecho mucho daño, pero es su inmadurez…”, declaró con voz contenida. Para Zulinka, la relación de su padre con Michelle no solo afectó a su madre, sino que fracturó su hogar.
Pese a esa historia de dolor, Zulinka también mostró apertura. En el funeral, cuando vio a Michelle llegar, se acercó a ella, la abrazó y le dijo: “Aquí todo murió. Cuenta conmigo”. Reconoció a Ana Beatriz, hija menor de Rubby, como su hermana, y aseguró que “ya todo pasó”, dejando claro que su madre le enseñó a perdonar, no a odiar.
Pero horas después de ese gesto, Michelle respondió públicamente en Instagram. “Mi historia personal y familiar la conozco únicamente yo, y solo yo tengo el derecho de contarla”, escribió.
Su mensaje no mencionó a Zulinka directamente, pero fue interpretado como una reacción a sus declaraciones. “Es fundamental conocer las voces de los involucrados para construir una visión más justa de lo sucedido”, agregó.
Michelle, quien siempre se mantuvo al margen, sintió que su historia fue expuesta sin su consentimiento. Con ese mensaje, reclamó su espacio y su derecho a contar su versión. Aunque su tono fue sereno, marcó una distancia y evidenció que las heridas emocionales aún están presentes.
Este conflicto no es reciente, pero el fallecimiento de Rubby lo hizo más visible. Mientras unos defienden el legado de un hogar tradicional, otros reclaman justicia y respeto por una historia personal.
En el centro de todo, dos mujeres que comparten un mismo lazo: el amor por un hombre que marcó sus vidas de forma distinta, y una niña, Ana Beatriz, que une sus historias.
Hasta el momento, no ha habido una nueva interacción pública entre ambas. Lo que sí está claro es que, tras la despedida de Rubby Pérez, su familia intenta recomponerse entre el dolor, los recuerdos, y una exposición mediática que les exige sanar en voz alta.
