El líder del Ejército sudanés, Abdelfatah al Burhan, celebró hoy el fin de la misión política de la ONU en Sudán y pidió «neutralidad» al nuevo enviado especial de la organización, a la que acusó de posicionarse a favor del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en la guerra que azota al país africano.
«No queremos un enviado que se ponga del lado de una facción o grupo, de lo contrario su destino será como el de Volker Peretz», dijo Al Burhan en un comunicado, en referencia al anterior enviado de la ONU en Sudán, que fue declarado persona non grata por el Gobierno controlado por la cúpula militar.
En este sentido, dio la bienvenida al nuevo enviado de Naciones Unidas, el argelino Ramtane Lamamra, y manifestó su deseo de «cooperar con la comunidad internacional».
«No se nos impondrá ninguna solución desde el exterior», aseguró el militar, que pidió que la nueva misión de la ONU en el país sea «neutral y que contribuya a la estabilidad, la seguridad y la unidad de Sudán».
El pasado día 1, el Consejo de Seguridad de la ONU puso fin a la misión de la ONU en Sudán (UNITAMS), una misión de carácter político formada para propiciar la transición política en el país, plegándose así a la petición del Gobierno militar de Jartum.
El pasado 16 de noviembre, el enviado de Jartum ante la ONU planteó ante el Consejo de Seguridad la petición de su país de acabar de forma «inmediata» con el mandato de UNITAMS, arguyendo que en este momento ya no responde a las aspiraciones del pueblo sudanés, y que el Gobierno necesita tener con la ONU «una fórmula nueva, apropiada y acordada» entre las partes.
Esa petición culmina un periodo de tensión de varios meses entre la misión de la ONU y el Gobierno, principalmente desde que estalló una revuelta en el país que enfrenta al Ejército y a las FAR, y que supuso el final ‘de facto’ del periodo de transición con el que se había comprometido el Gobierno y que justificó el establecimiento de la UNITAMS.
El pasado miércoles, el secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó en una rueda de prensa que la lucha de dos facciones militares en Sudán se produzca a espaldas de los intereses del pueblo sudanés, pero aseguró que el trabajo humanitario de las agencias de Naciones Unidas seguirá en el país pese al fin de la misión política.
Asimismo, Naciones Unidas recordó que Lamamra, el nuevo enviado especial, se encargará de supervisar las negociaciones de paz junto a la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD) para poner fin a la guerra, que se ha saldado hasta el momento con más de 9.000 muertos en siete meses.