El senador por el estado de Nueva Jersey, Bob Menéndez, enfrenta una acusación federal por presuntamente aceptar cientos de miles de dólares en sobornos, incluidos lingotes de oro, para ejercer su poder en el país y en el extranjero. Dicha influencia se centró en acciones en beneficio a Egipto, pero nuevas acusaciones vinculan al legislador con Catar.
De acuerdo con el New York Times, durante la visita que realizó Menéndez a Catar en 2022 para asistir a la Copa Mundial de Fútbol masculino, el senador concedió una entrevista a la agencia de noticias estatal en la que elogiaba los progresos del país en derecho laboral.
La entrevista de Menéndez contrastó con la avalancha de críticas que recibió el pequeño estado del Golfo por sus preparativos para el mayor evento deportivo del mundo, las cuales rondaron la explotación de los trabajadores migrantes en la construcción de la infraestructura. Pero el demócrata dijo que prefería resaltar los aspectos positivos de los juegos y de la nación anfitriona, resalta el medio estadounidense.
«Mi breve visita a Doha fue alegre y vi que la comunidad internacional vino a Qatar y fue bien recibida y respetada», fue parte de las declaraciones del legislador que recogió la agencia de noticias catarí.
Menos de un año después, Menéndez junto a su esposa y tres empresarios de Nueva Jersey fueron acusados de cargos relacionados con sobornos y tráfico de influencias, y el martes se presentaron nuevas acusaciones contra el demócrata de 70 años.
En la acusación actualizada, los fiscales acusan a Menéndez de usar su influencia y sus conexiones, un subproducto de su posición como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, para ayudar a un desarrollador de Nueva Jersey a obtener respaldo financiero de un fondo de inversión administrado por un miembro de la familia real catarí a cambio de sobornos lucrativos.
Los fiscales señalan que para ayudar a ganarse a los cataríes, el desarrollador y coimputado en el caso de sobornos, Fred Daibes, también esperaba que el senador «tomara medidas para beneficiar al gobierno de Catar«.
Sobre el caso, el abogado de Menéndez, Adam Fee, dijo el martes al medio que los contactos del senador con funcionarios extranjeros eran «rutinarios» y «legales». Menéndez y Daibes se han declarado inocentes de los cargos en su contra.
Las nuevas acusaciones contra el demócrata de Nueva Jersey se extienden desde diciembre de 2020 hasta el pasado 2023. En ese momento, explica el New York Times, Daibes buscaba financiamiento para un proyecto inmobiliario y Menéndez le presentó a un inversionista catarí que era miembro de la familia real. El fondo de la realeza tenía «vínculos con el gobierno de Qatar», según la acusación.
La imputación señala que mientras el catarí consideraba la inversión, el senador «hizo múltiples declaraciones públicas de apoyo al Gobierno de Catar» y le pidió a Daibes que compartiera esas declaraciones con el inversionista y un funcionario del gobierno catarí no identificado.
«Es posible que quieras enviarles un mensaje. Estoy a punto de liberarme», escribió Menéndez en un mensaje a Daibes en 2021, adjuntando el texto de una declaración pendiente, que coincidió con un comunicado emitido por oficina en el que elogiaba a Catar por aceptar acoger a afganos que buscaban refugio en Estados Unidos, destaca el New York Times.
Tiempo después, el inversor catarí envió un mensaje al funcionario que decía «Recibí copia de F», según la acusación. ‘F’ parece ser una referencia a Daibes.
Un mes después, los fiscales dijeron que Daibes le envió un mensaje a Menéndez acompañado de fotos de varios relojes de lujo, en el mismo le preguntaba: «¿Qué tal uno de estos?».
La compañía catarí finalmente invirtió decenas de millones de dólares en el proyecto inmobiliario de Daibes.
Aunque la acusación no nombra al inversionista catarí, ni a la compañía de inversión catarí ni al funcionario del gobierno de Catar, los registros de escrituras en el condado de Bergen, Nueva Jersey, consultados por el New York Times muestran que en 2023 una empresa con sede en Londres firmó un acuerdo de propiedad compartida de 45 millones de dólares para un proyecto inmobiliario en el estado con Daibes.
La empresa, identificada como Heritage Advisors, fue fundada por un miembro de la familia real de Catar, el jeque Sultán bin Jassim Al Thani.
Influencia de Catar en EE.UU. y Europa
La acusación contra Bob Menéndez no incluye al gobierno catarí ni al miembro de la familia real en actividad ilegal, el caso es el más reciente en el que Catar, un importante exportador de gas natural, parece buscar una mayor influencia en Estados Unidos y Europa a través de relaciones con funcionarios del gobierno o personas conectadas con ellos, resalta el New York Times.
El mismo día que salieron las actualizaciones de las acusaciones contra Menéndez, los consultores políticos del Partido Republicano, Barry Bennett y Doug Watts, admitieron en documentos judiciales haber violado las reglas de influencia extranjera de EE.UU. sobre sus actividades de cabildeo en nombre de Catar.
Hace poco más de un año, las autoridades belgas anunciaron cargos contra la vicepresidenta del Parlamento Europeo, alegando que la funcionaria había intercambiado decisiones políticas en beneficio de Catar por bolsas de dinero en efectivo.
Catar, que también ha sido acusado de haber sobornado para ganar los derechos para organizar la Copa del Mundo, ha negado que haya intentado influir en la funcionaria europea, quien también ha insistido en su inocencia.
Para los analistas que estudian el Golfo consultados por el medio estadounidense, estos casos forman parte de un panorama más amplio y puede explicar cómo los estados ricos en combustibles fósiles de la región buscan transformar su riqueza en poder político en todo el mundo.
En las últimas dos décadas, la nación, con menos de 400,000 ciudadanos pero un fondo soberano que controla 475,000 millones de dólares en activo, ha utilizado su riqueza para colocarse en el centro de la atención mundial. Actualmente alberga una base militar estadounidense, una importante aerolínea internacional, una de las emisoras deportiva más grandes del mundo y la cadena de noticias Al-Jazeera.
Catar también se ha posicionado como un mediador esencial con la capacidad de servir de enlace entre los gobiernos occidentales y las partes difíciles, como Hamás, Irán, Rusia y los talibanes. Actualmente desempeña un papel importante en la liberación de los prisioneros tomados por Hamás tras el ataque sorpresa a Israel el 7 de octubre pasado.
Mecanismo de protección
Los esfuerzos del gobierno para aumentar su relevancia internacional están motivados en parte por las vulnerabilidades de Catar, según los analistas, ya que es una península flanqueada por potencias regionales mucho más grandes: Arabia Saudita e Irán.
Además, en 2017, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones con el pequeño estado, acusando a su gobierno de apoyar el extremismo islámico y el terrorismo e inmiscuirse en sus asuntos internos. Arabia Saudita cerró la única frontera terrestre de Catar y no fue hasta 2021 que la relación entre los dos territorios comenzó a calentarse.
«Esta vulnerabilidad empujó a Catar a centrarse en la construcción de redes y desarrollar una presencia más fuerte en Washington para proteger sus intereses», dijo Anna Jacobs, analista sénior del Golfo para el International Crisis Group con sede en Doha, la capital Catarí.
En tanto, el investigador residente del Instituto de Estados Árabes del Golfo en Washington, Hussein Ibish, indicó que los países del Golfo Pérsico, como Catar, consideran que cultivar relaciones con políticos como Menéndez es una especie del «cínico arte de gobernar».
No queda claro de momento los beneficios que podría haber proporcionado Menéndez a Catar más allá de las declaraciones públicas optimistas, pero no era su único enlace del país con Washington: Catar también ha tratado de cultivar relaciones con grupos de expertos, académicos y periodistas, y paga gran parte de la factura de la Base Aérea de Al Udeid, que alberga la sede avanzada del Comando Central de Estados Unidos, resalta el New York Times.
«Lo que quieren de Estados Unidos es protección», señaló Ibish, que agregó que «necesitan el apoyo externo de una gran potencia porque tienen una relación muy tensa con muchos de sus vecinos más importantes».