
A 100 días de iniciar su segundo mandato, el presidente Donald Trump asegura que “pasa un muy buen rato”, mientras su popularidad cae en las encuestas y crecen las críticas por su estilo de gobierno.
El martes, Trump busca reencontrarse con su base en un mitin en Warren, Michigan, un estado clave en su reelección. “La primera vez tenía que dirigir el país y sobrevivir; esta vez lidero el país y el mundo”, declaró a la revista The Atlantic, mostrando confianza pese a los datos negativos en los sondeos.
El mandatario, rodeado ahora de colaboradores leales, ha impulsado más de 140 decretos presidenciales, incluyendo medidas controversiales como la expansión de las deportaciones, la eliminación de protecciones ambientales y la centralización del poder federal, algunas de ellas en manos del empresario Elon Musk.
Entre sus decisiones más simbólicas, sustituyó un retrato de Barack Obama por un cuadro que recuerda el atentado que sufrió durante la campaña.
Pero el entusiasmo del presidente no se traduce en apoyo masivo. Según una encuesta de Washington Post/ABC News, solo el 39 % aprueba su gestión, mientras que el 64 % cree que está yendo “demasiado lejos” en la concentración del poder presidencial.
Trump tampoco ha cumplido su promesa de poner fin a la guerra en Ucrania en un día. Consultado por la revista Time, admitió que era una “broma”.
Aunque algunos de sus simpatizantes siguen firmes, el mandatario enfrenta crecientes dudas por el estado de la economía, los conflictos institucionales y la falta de resultados tangibles. A sus 78 años, sigue gobernando a un ritmo frenético, pero su capital político muestra señales de desgaste.