
Con gran pesar se informó el fallecimiento de Rafelina Santos, una mujer residente en el sector El Corozo, en Moca, quien venía enfrentando una dura batalla contra el cáncer desde hace algún tiempo.
Rafelina era conocida y apreciada en su comunidad por su carácter amable y su espíritu trabajador. Durante su enfermedad, continuó vendiendo productos para mantenerse activa, pese al deterioro de su salud.
Vecinos del Corozo destacan que su fortaleza y su ejemplo de vida marcaron a todos los que la conocieron. Muchos coinciden en que Rafelina fue una mujer de lucha constante hasta el último momento.
La noticia de su partida ha generado tristeza entre sus familiares, amigos y todos los residentes del Corozo. La pérdida ha sido profundamente sentida en un entorno donde era querida por muchos.
“Paz a su alma”, fue una de las frases más repetidas en redes sociales y en las calles del barrio, donde decenas de personas lamentaron la partida de quien consideran una gran mujer.
Durante su vida, Rafelina se dedicó a su familia, al trabajo y a mantener un vínculo cercano con sus vecinos, quienes hoy la recuerdan con cariño por su humildad y su generosidad.
Aunque padecía una enfermedad agresiva, nunca perdió la esperanza. Su actitud positiva y su deseo de seguir adelante la convirtieron en un ejemplo para quienes enfrentan situaciones difíciles.
Su lucha silenciosa contra el cáncer la hizo aún más admirada por todos. Continuó cumpliendo sus deberes diarios hasta que su cuerpo ya no pudo resistir más el avance de la enfermedad.
El Corozo, comunidad de Moca, está de luto tras esta gran pérdida. La familia de Rafelina ha recibido numerosas muestras de apoyo, palabras de consuelo y solidaridad de parte de los vecinos.
En medio del dolor, sus seres queridos agradecen las oraciones y el acompañamiento brindado durante los días más difíciles. La memoria de Rafelina quedará viva entre quienes la conocieron.
Se espera que en los próximos días se realicen actos fúnebres en su honor. La comunidad se prepara para despedir a una mujer que, pese al sufrimiento, nunca dejó de sonreír y dar amor.