Un hombre de Indiana condenado por matar a cuatro personas hace décadas, incluyendo a su hermano y al prometido de su hermana, fue ejecutado el miércoles en la primera ejecución del estado en 15 años.
Joseph Corcoran, de 49 años, fue declarado muerto a las 0:44 de la madrugada CST en la Prisión Estatal de Indiana en Michigan City, Indiana, según un comunicado del Departamento de Correccionales de Indiana. Se había programado la ejecución de Corcoran con el potente sedante pentobarbital, pero el comunicado de la agencia estatal no mencionó ese medicamento. La ejecución de Corcoran fue la 24ta en Estados Unidos este año.
El reo fue condenado por balear en julio de 1997 a su hermano, James Corcoran, de 30 años, el prometido de su hermana, Robert Scott Turner, de 32 años, y otros dos hombres, Timothy G. Bricker, de 30 años, y Douglas A. Stillwell, también de 30 años.
Según los registros judiciales, antes de que Corcoran disparara letalmente a las cuatro víctimas estaba estresado porque el próximo matrimonio de su hermana con Turner implicaría mudarse de la casa en Fort Wayne, Indiana, que compartía con su hermano y su hermana.
Mientras estaba encarcelado por esos asesinatos, Corcoran alardeó de haber disparado fatalmente a sus padres en 1992 en el condado de Steuben, en el norte de Indiana. Fue acusado de sus asesinatos pero quedó absuelto.
El verano pasado, el gobernador Eric Holcomb anunció planes para reanudar las ejecuciones estatales después de un largo paréntesis marcado por la escasez de fármacos para inyecciones letales a nivel nacional.
El estado proporcionó detalles limitados sobre el proceso de ejecución, y no se permitió la presencia de testigos de los medios según la ley estatal. Sin embargo, Corcoran eligió a un reportero del Indiana Capital Chronicle como uno de sus testigos, informó el sitio web de política de Indiana.
Indiana y Wyoming son los únicos dos estados que no permiten que miembros de los medios presencien las ejecuciones estatales, según un informe reciente del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
Los abogados de Corcoran lucharon durante años contra su sentencia de muerte, argumentando que sufría de una grave enfermedad mental, lo que afectaba su capacidad para comprender y tomar decisiones. Este mes, sus abogados pidieron a la Corte Suprema de Indiana que detuviera su ejecución, pero la solicitud fue denegada.
Corcoran agotó sus apelaciones federales en 2016. Pero sus abogados pidieron la semana pasada al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos del Norte de Indiana que detuviera su ejecución y celebrara una audiencia para decidir si sería inconstitucional debido a que Corcoran padece una enfermedad mental grave. El tribunal se negó a intervenir el viernes, y el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Séptimo Circuito hizo lo mismo el martes.
Luego, los abogados de Corcoran pidieron a la Corte Suprema de los Estados Unidos que emitiera una orden de emergencia deteniendo su ejecución, pero el tribunal superior negó su solicitud de suspensión el martes por la noche, poniendo fin a las opciones de Corcoran con los tribunales.
El abogado defensor Larry Komp dijo que estaba decepcionado con la decisión del tribunal superior, y agregó que la cuestión de la salud mental de Corcoran no fue evaluada adecuadamente.
“Nunca se ha realizado una audiencia para determinar si es competente para ser ejecutado”, dijo Komp en un comunicado a The Associated Press. “Es un fracaso absoluto para el Estado de derecho celebrar una ejecución cuando la ley y los procesos adecuados no se siguieron”.
Su única esperanza quedó depositada entonces en Holcomb, quien podría haber conmutado la sentencia de muerte de Corcoran. Pero esa conmutación nunca llegó y la ejecución procedió según lo programado.
A medianoche, un grupo de activistas que se oponen a la pena de muerte comenzó a cantar “Amazing Grace”. La oficina de Holcomb emitió un comunicado la madrugada del miércoles después de la ejecución de Corcoran.
“El caso de Joseph Corcoran ha sido revisado repetidamente durante los últimos 25 años, incluyendo 7 veces por la Corte Suprema de Indiana y 3 veces por la Corte Suprema de los EEUU, la más reciente de las cuales fue esta noche. Su sentencia nunca ha sido revocada y se llevó a cabo según lo ordenado por el tribunal”, dijo Holcomb en el comunicado.
La última ejecución estatal de Indiana fue en 2009, cuando Matthew Wrinkles fue ejecutado por matar a su esposa, su cuñado y su cuñada en 1994. Desde entonces, se llevaron a cabo 13 ejecuciones en Indiana, iniciadas y realizadas por funcionarios federales en 2020 y 2021 en una prisión federal en Terre Haute.
Los funcionarios estatales han dicho que no pudieron continuar con las ejecuciones porque la combinación de fármacos utilizados en inyecciones letales no estaban disponibles.
Durante años, ha habido una escasez en todo el país porque las compañías farmacéuticas se han negado a vender sus productos para ese propósito. Esto ha llevado a los estados, incluido Indiana, a recurrir a farmacias de compuestos, que fabrican medicamentos específicamente para un cliente. Algunos utilizan medicamentos más accesibles como los sedantes pentobarbital o midazolam, que, según los críticos, pueden causar un dolor intenso.
Grupos religiosos, defensores de los derechos de las personas con discapacidad y otros se habían opuesto a su ejecución. Cerca de una docena de personas, algunas sosteniendo velas, realizaron una vigilia el martes por la noche para rezar fuera de la prisión, que está rodeada de cercas de alambre de púas en una zona residencial a unas 60 millas (90 kilómetros) al este de Chicago.
“Podemos construir una sociedad sin dar a las autoridades gubernamentales el derecho a ejecutar a sus propios ciudadanos”, dijo el obispo Robert McClory de la Diócesis de Gary, quien lideró las oraciones.
Otros oponentes de la pena de muerte también se manifestaron fuera de la prisión el martes por la noche, algunos sosteniendo carteles que decían “La ejecución no es la solución” y “Recuerden a las víctimas, pero no con más asesinatos”.
“No hay necesidad ni beneficio de esta ejecución. Todo es un espectáculo”, dijo Abraham Borowitz, director de Acción de Pena de Muerte, su organización que protesta por cada ejecución en Estados Unidos.
Los funcionarios de la prisión dijeron en un breve comunicado el martes por la noche que Corcoran “pidió helado de Ben & Jerry’s para su última comida”.
Corcoran se despidió el martes por la noche de sus familiares, incluida su esposa, Tahina Corcoran, quien dijo a los periodistas fuera de la prisión que hablaron sobre su fe y sus recuerdos, como cuando asistieron juntos a la escuela secundaria. Reiteró su solicitud al gobernador de Indiana para que conmutara la sentencia de muerte de su esposo.
Tahina Corcoran dijo que su esposo está “muy enfermo mentalmente” y no creía que comprendiera completamente lo que le estaba sucediendo.