El hombre era buscado por vandalismo y llevó a los oficiales a una persecución a alta velocidad en varias autopistas de Los Ángeles antes de entrar a los suburbios de Pomona.
El tipo no reducía la velocidad, cuando sorprendentemente arrojó al perro de su vehículo, obligando a las unidades de policía a desviarse alrededor del pobre animal.
Por desgracia, no se sabe si el perro sobrevivió a la caída de la camioneta.
En cuanto al vándalo detrás de esto, golpeó a otros dos vehículos durante la persecución, el segundo fue una colisión frontal a 60 mph que le puso fin a la persecución. Los conductores a los que atropelló no sufrieron heridas graves y pudieron salir ilesos de los accidentes.
Los policías rodearon el camión y le ordenaron que saliera, pero no quiso salir. Finalmente, los agentes utilizaron munición no letal para disparar contra su ventanilla y sacarlo a rastras para por fin detenerlo.