22 de noviembre de 2024

controlandoelejido.com

Tu Portal digital dominicano en new york

Hombre de New York | Quería solo matar mujeres porque nunca encontró el amor

Raad Almansoori, detenido por varios ataques a mujeres en Arizona y vinculado con el homicidio brutal de la ecuatoriana Denisse Oleas Arancibia (38) en un hotel en Manhattan (NYC), intentó violar y asesinar a trabajadoras sexuales además de matar a miembros de su propia familia, dijeron las autoridades.

La Fiscalía del condado Maricopa de Arizona -su estado natal- anunció hoy que Almansoori (26) fue acusado por un gran jurado de múltiples presuntos delitos cometidos allí, incluyendo intento de homicidio, agresión agravada, intento de cometer robo a mano armada, intento de agresión sexual y robo de un auto, informó Fox News.

Además Almansoori ha sido vinculado a presuntos crímenes contra mujeres en otros estados del país, incluyendo Florida, Nueva York y Texas. Algunos casos sucedieron antes y otros después de que Oleas Arancibia fuese hallada muerta en Manhattan el 8 de febrero.

El sospechoso había comparecido la tarde de ayer en el Tribunal Superior de Maricopa durante una audiencia probatoria en la que la defensora pública Dakota Johnson intentó modificar las condiciones de su detención. Pero el juez le negó la fianza, reportó The Arizona Republic.

En la audiencia del lunes la fiscalía y el abogado de Almansoori interrogaron al detective Jeremy Goebel de la policía de la localidad Surprise, donde el acusado supuestamente hirió en el cuello con varias puñaladas a una empleada de un restaurante McDonald’s, a quien siguió hasta el baño, días después de huir de Nueva York, donde al parecer mató brutalmente a Oleas Arancibia.

El detective Goebel dijo que Almansoori le describió en detalle cómo intentó matar a Oleas Arancibia después de sentir que ella le había quitado tiempo para tener sexo pagado y lo estafó. Según la supuesta confesión, intentó romperle el cuello mientras la estrangulaba, le pisoteó la cabeza varias veces y luego le puso un calcetín en el rostro en un intento de asfixiarla.

Según Goebel, Almansoori describió la muerte de Oleas-Arancibia como su “primer homicidio”, ya que no sabía si las jóvenes de 18 y 22 años que admitió haber apuñalado sobrevivieron a sus heridas. También dijo que las motivaciones detrás de sus presuntos crímenes se debieron a sus intentos fallidos de encontrar a alguien que lo amara.

“Dijo que ha estado buscando el amor toda su vida y no ha podido encontrarlo”, afirmó Goebel en el tribunal. “Él había dicho numerosas veces durante mi entrevista con él que nadie lo ama. Su madre no lo ama. Su familia no lo ama. Que todos los intentos que ha hecho con el sexo opuesto no han tenido éxito”. Y luego se describió a sí mismo como “adicto al sexo”.

Almansoori también dijo a la policía que planeaba matar a su padre y a su madrastra antes de quemar su casa, pero que quería esperar hasta que su hermana estuviera fuera del área.

Goebel agregó que Almansoori tuvo una discusión con una mujer en Florida a quien describió como su novia y la estranguló antes de robar su auto. En una entrevista la mujer dijo que eran compañeros de trabajo y no tenían una relación personal.

Johnson, abogada de Almansoori, señaló que a su cliente le habían diagnosticado esquizofrenia anteriormente y afirmó haber escuchado voces en el pasado, aunque Goebel dijo que le dio respuestas lógicas durante el interrogatorio.

Los funcionarios de la policía de Phoenix (Arizona) creen que Almansoori es responsable de un intento de robo de auto y apuñalamiento de una mujer que logró sobrevivir en Glendale, el pasado sábado 17 de febrero.

Al día siguiente, el domingo 18, supuestamente entró al baño de un restaurante McDonald’s en Surprise (Arizona) y apuñaló a una empleada mientras intentaba abusar de ella. El sospechoso huyó a pie, dejando a esa víctima herida.

Horas después Almansoori fue detenido a bordo un auto robado. Una vez bajo custodia policial al parecer admitió el ataque en el McDonald’s, junto con el incidente del cuchillo en Phoenix, e incluso le dijo a las autoridades que “buscaran en Google el hotel SoHo 54”, en referencia al homicidio de Oleas Arancibia.

Mediante el uso de tarjetas de crédito la policía rastreó su paradero desde Nueva York hasta Arizona. Los registros judiciales muestran que salió de una cárcel en Florida en septiembre pasado y ese caso sigue abierto, con un juicio programado para marzo.

Oleas Arancibia no tenía una profesión u oficio conocido. Vivía en Queens (NYC) con su hijo mayor, pero desde hace aproximadamente un año se quedaba varias noches al mes en el hotel “SoHo 54” ubicado en Watts Street de Manhattan. Allí la encontraron muerta debajo de una manta junto a una plancha de ropa ensangrentada la mañana del 8 de febrero.

Murió por compresión en el cuello y traumatismo craneoencefálico contundente, según una portavoz del médico forense de la ciudad (OCME). La evidencia preliminar indicó que pudo haber tenido lugar una pelea en la habitación, pues tenía heridas en la cabeza y todo el cuerpo. Los padres de la víctima y su otro hijo de 13 años todavía viven en Guayaquil.

El día antes de su muerte la ecuatoriana llegó al hotel usando unos pantalones de malla que luego no fueron encontrados en la habitación junto a su cuerpo. Curiosamente, un hombre fue captado en cámara de vigilancia saliendo del hotel luciendo esos mismos pantalones, considerados una pieza de mujer. La policía sospecha que se cambió de ropa porque la suya estaba muy manchada con la sangre de su posible víctima. Ese individuo parece ser Almansoori.

Rachel Mitchell, fiscal del condado Maricopa, dijo la semana pasada que de momento no aceptarán extraditar a Almansoori a Nueva York porque no confían en el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien ha sido criticado en varios casos de supuestamente promover “la impunidad” bajo la reforma penal. En respuesta Bragg comentó que la actitud de su homóloga en Arizona era “profundamente inquietante” y la acusó de “jugar juegos políticos en una investigación de homicidio”.

Todos los cargos son meras acusaciones y se presume que las personas procesadas son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad en un tribunal.