Bevorlin García Barrios, hondureña embarazada de 24 años, fue al hospital Woodhull Medical Center en Brooklyn (NYC) con dolores estomacales y náuseas el pasado 15 de septiembre.
Tras ser examinada la enviaron a casa. Pero los malestares empeoraron, por lo que tres días después regresó al hospital donde, un día después, falleció tras dar a luz a través de una cesárea.
En declaraciones a NY1 Noticias su pareja, Nelson Ramírez, dijo que los médicos y personal del hospital simplemente le comunicaron que la joven había perdido muchísima sangre en el parto y que sus pulmones colapsaron.
García Barrios es la 3era embarazada en morir en ese hospital público desde el año 2020, según organizadores de una conferencia de prensa esta semana. Las tres eras mujeres negras y sus recién nacidos sobrevivieron. Los otros casos fueron Sha-Asia Washington, quien murió a los 26 años el 3 de julio de 2020, y el 13 de noviembre de 2023 Christine Fields (30), cuya pareja, José Pérez, contactó a la familia de la joven hondureña para juntos exigir respuestas.
Esta nueva “muerte se suma a las preguntas sobre la capacidad del hospital para atender adecuadamente a las madres y sus bebés, y sobre la continua crisis de salud materna (…) En la ciudad de Nueva York se producen cerca de 125,000 nacimientos vivos al año, y más de 20 mujeres mueren cada año por causas relacionadas con el embarazo o el parto. Las mujeres negras tenían nueve veces más probabilidades de morir por embarazo o parto que las mujeres blancas entre 2001 y 2019, según datos de la ciudad”.
En diciembre pasado la familia de Fields presentó una demanda por $42 millones de dólares. El médico forense dijo había sufrido una hemorragia interna fatal. “Tres niños de 3 y 5 años y un recién nacido serán criados ahora sin una madre”, dijo entonces el abogado de la familia, Sanford Rubinstein. “Esto es trágico. Esta familia no tenía motivos para pensar que éste no iba a ser un parto saludable”.
NYC Health + Hospitals, que opera los 11 hospitales públicos de la ciudad, ha dicho que no haría comentarios sobre estos casos debido a las leyes de privacidad de los pacientes. Pero afirmó a ABC News que ha contratado nuevos líderes para los departamentos de obstetricia, ginecología y anestesia en Woodhull e implementado una nueva capacitación para el personal que atiende a pacientes embarazadas.
“En los últimos años nos hemos centrado especialmente en ayudar a reducir las inaceptables tasas de mortalidad materna entre las mujeres de color a través de intervenciones innovadoras”, dijo el comunicado.