
Nueva York. – La Sexta Avenida se vistió este domingo de azul, rojo y blanco, los colores de la bandera dominicana, para celebrar la 43.ª edición de la Gran Parada Dominicana del Bronx, un evento que cada año se convierte en punto de encuentro para miles de dominicanos residentes en Estados Unidos y turistas que se suman a la celebración de la identidad cultural.
Caravanas decoradas, comparsas folclóricas, grupos de baile y orquestas de merengue y bachata recorrieron la emblemática avenida, contagiando de música y alegría a todo el público presente. Entre las personalidades que participaron destacaron el merenguero Jandy Ventura; Ana Beatriz, hija del fallecido artista Rubby Pérez; y el director del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y la Dirección de Servicios de Atención a Emergencias Extrahospitalarias (DAEH), Juan Manuel Méndez García, quien fue homenajeado por sus 20 años de servicio ininterrumpido en el manejo de emergencias y rescates en República Dominicana.
La edición de este año llevó como lema “Estados Unidos y Quisqueya”, destacando la unión, amistad y vínculos históricos entre la nación norteamericana y la isla caribeña. El homenaje a Méndez García fue uno de los momentos más emotivos, con aplausos y muestras de respeto por parte de los asistentes, reconociendo su labor junto a un equipo comprometido en preservar vidas frente a emergencias y tragedias.
“Es un privilegio y un compromiso, no solo para mí, sino para todo un equipo de hombres y mujeres que me han acompañado durante dos décadas en el COE y ahora también en la DAEH”, expresó Méndez, reiterando que continuará desempeñando sus funciones con responsabilidad y entrega.
Previo al desfile, Méndez sostuvo un encuentro con el congresista dominicano en Estados Unidos, Adriano Espaillat, en el que conversaron sobre la importancia de fortalecer los lazos entre la diáspora y las instituciones dominicanas.
La Gran Parada Dominicana, creada en 1982, es considerada una de las manifestaciones culturales más grandes e importantes de la comunidad latina en Nueva York, y este año volvió a demostrar que, cuando se trata de celebrar la dominicanidad, la fiesta es “hasta la tambora”.