
PUERTO PRÍNCIPE.- Cientos de haitianos asistieron a un funeral colectivo para ocho personas asesinadas en un ataque con drones perpetrado el mes pasado en un barrio marginal controlado por pandillas en Puerto Príncipe, la capital.
El 20 de septiembre, drones explosivos dirigidos contra un presunto líder de pandillas mataron a nueve personas en un barrio marginal en la capital de Haití y dejaron heridas a otras 17, según Médicos Sin Fronteras. La organización ingresó a las víctimas en sus hospitales.
Las explosiones ocurrieron en Cité Soleil, controlada por Viv Ansanm, una poderosa coalición de pandillas que Estados Unidos ha designado como una organización terrorista extranjera. Familiares y activistas culparon a la policía por el ataque.
Familiares y residentes de Cité Soleil lloraron a las víctimas, entre las que hay cuatro niños, en un parque de la comunidad.
Aún traumatizados por el ataque, algunos asistentes confundieron un pájaro que volaba sobre sus cabezas con un dron, lo que provocó pánico mientras la gente corría en diferentes direcciones. Muchos huyeron del lugar.
Claudia Bobrun, de 30 años, dijo que no tenía la fuerza para mirar el ataúd de su hija de ocho años, Samira Nelson. Describió a la menor como una niña feliz que murió mientras jugaba con sus amigos. Los líderes comunitarios ayudaron a cubrir los costos del funeral.
Jislene Statune, de 50 años, dijo que perdió a dos nietos y a su hija mayor, de 32 años, quien era la cabeza de la familia. Su hija, que vendía ropa usada para mantener a sus familiares, fue asesinada frente a su casa.
El martes, el Consejo de Seguridad de la ONU votó para autorizar una fuerza internacional mucho más grande, compuesta por 5.550 miembros, con poderes ampliados para ayudar a detener la creciente violencia de las pandillas en Haití.
La resolución, copatrocinada por Estados Unidos y Panamá, transformará la actual fuerza multinacional liderada por Kenia en una “Fuerza de Supresión de Pandillas” con el poder de arrestar a presuntos miembros de esos grupos delictivos, lo cual la fuerza actual no tiene.
El poder de las pandillas ha crecido desde el asesinato del presidente Jovenal Moïse en 2021. Ahora controlan el 90% de Puerto Príncipe, y han expandido hacia el campo sus actividades, que incluyen saqueos, secuestros, agresiones sexuales y violaciones. Haití no ha tenido un presidente desde el asesinato.
En los últimos años, la violencia de las pandillas ha dejado a más de 1,3 millones de personas sin hogar y el hambre y la pobreza son cada vez más profundas.
Millones de haitianos siguen frustrados porque su situación no ha mejorado, a pesar de la promesa de una nueva fuerza internacional.