Guillermo Lasso, de 65 años, asumió este lunes la Presidencia de Ecuador en un acto que fue realizado en la Asamblea Nacional y que selló el ciclo de cuatro años del exmandatario Lenín Moreno, quien gobernó al país suramericano desde 2017.
En su primer discurso como jefe de Estado, Lasso prometió abrir «un nuevo camino», en el que se pone fin a la «a la era de los caudillos», a «la acción autoritaria», a la «rencilla» y la «lucha intestina» y sobre todo, recalcó, a «la persecución política».
En ese orden, indicó que en su gobierno no se perseguirá, ni callará «a nadie», pues aseguró que escuchará y atenderá a todos, y dijo que abonará por la reconciliación del Estado con las distintas iglesias. «Eso significa no gobernar a favor de un sector privilegiado pero tampoco en contra de nadie, tengan la opinión que tengan y hagan la crítica que hagan», sostuvo.
En ese sentido, señaló que su gobierno erradicará la división y procurará el entendimiento, el encuentro y el diálogo en favor del bienestar del país, «aún a sabiendas de los peligros políticos que conlleva romper el ciclo vicioso de la persecución política». Y añadió: «Se acabó la persecución política en el Ecuador».
«Yo no he venido a saciar el odio de pocos, sino he venido a saciar el hambre de muchos», precisó Lasso desde el parlamento ecuatoriano, donde prometió «escuchar al pueblo antes de hablar», en un gobierno que aseguró nadie será señalado como «vende patria o enemigo de la patria» y que tendrá como «únicos enemigos» a la enfermedad, el analfabetismo, la desnutrición y la violencia de género.
Lasso asume la Presidencia de un país que enfrenta serias dificultades. En principio, está la crisis sanitaria generada por pandemia del covid-19, que además de golpear a la ciudadanía y al sistema de salud, ha profundizado la crisis económica y social. Ecuador afronta también una importante deuda pública y un déficit fiscal significativo que se refleja en su contracción económica; situación que afecta los salarios, suma al creciente desempleo y choca con la presión que ejerce el Fondo Monetario Internacional.
Erradicar el hambre y la desnutrición infantil
Lasso planteó el nacimiento de «un nuevo siglo de republicanismo ecuatoriano», que velará por la erradicación del hambre, «especialmente la desnutrición infantil», por garantizar los derechos humanos de las mujeres, así como también la igualdad de género.
También convocó a todos los sectores del país a sumarse a la reactivación económica y en ese aspecto parafraseó al expresidente de los EE.UU. John F. Kennedy, al indicar que mientras el país no pueda ayudar a los pobres, tampoco podrá ayudar a los más ricos.
El nuevo mandatario sostuvo que Ecuador ahora «abre sus puertas al comercio mundial» para poder enfrentar la crisis y en ese sentido reiteró su llamado al diálogo, al encuentro y a la disposición de todos los sectores para gobernar en conjunto, porque «no se trata solo del Presidente».
Su llegada a la Presidencia
Lasso finalmente llegó a la Presidencia de Ecuador en la tercera vez que se presentó a este cargo, luego de perder en 2013 contra Rafael Correa y en 2017 contra Moreno.
El nuevo mandatario ganó con el 52,36 % de los votos (4.656.426) en la segunda vuelta de las elecciones, que se celebró el 11 de abril. Su contrincante, Andrés Arauz consiguió 4.236.515 sufragios (47,64 %).
Durante su mandato, Lasso estará acompañado de Alfredo Borrero, quien resultó electo vicepresidente junto con él. Se trata de un médico neurocirujano, también de 65 años, que hasta hace poco fue decano de la facultad de medicina de la Universidad de las Américas (UDLA); tiene un Diplomado en Administración de Salud por la Universidad de Harvard y fue director médico del Hospital Metropolitano de Quito entre 2005 y 2014, así como presidente de la Asociación de Hospitales y Clínicas Privadas del Ecuador (ACHPE), de 2007 a 2014.
El nuevo presidente gobernará con un Parlamento —instalado el 14 de mayo— donde su partido, el movimiento Creando Oportunidades (Creo), solo consiguió 12 de 137 curules y está dominado por sectores opositores. Sin embargo, en los primeros días de instalado, el Congreso ha logrado alcanzar algunos acuerdos y conformar un bloque parlamentario, que fue denominado Bancada Acuerdo Nacional (BAN), en la que se incluyó a legisladores independientes.
Lo que prometió durante la campaña
Durante su campaña electoral, el ahora presidente prometió vacunar a 9 millones de ecuatorianos contra el covid-19, en sus primeros 100 días de gobierno.
También dijo que elevaría el salario mínimo a 500 dólares, de los 400 que son actualmente.
Asimismo, se comprometió a:
Delegar al sector privado la administración de los hospitales.
«Reformas estructurales» al sistema de seguridad social del país, actualmente en manos del público Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Generar al menos 2 millones de puestos de trabajo.
Un «modernización financiera», con la que propone «fomentar la competencia, es decir, promover el arribo de la banca internacional al país».