El estado de Nueva York enviará 1,000 efectivos de la Guardia Nacional a Washington para apoyar la transición pacífica de la Presidencia estadounidense, informó el miércoles el gobernador neoyorquino Andrew Cuomo.
“Por petición de la Guardia Nacional de EEUU, voy a desplegar 1,000 miembros de la Guardia Nacional de Nueva York a Washington durante hasta dos semanas para ayudar y facilitar en la transición pacífica del poder presidencial”, dijo en un comunicado Cuomo, que subrayó que esta decisión no afectará a los esfuerzos de la lucha contra el coronavirus en la región.
“Durante 244 años, la piedra angular de nuestra democracia ha sido la transición pacífica del poder, y Nueva York está lista para ayudar a asegurar que se cumple la voluntad del pueblo estadounidense”, agregó el Gobernador.
At the request of the U.S. National Guard, I’m deploying 1,000 members of the NY National Guard to D.C. for up to 2 weeks.
A peaceful transition of power is the cornerstone of our democracy & NY stands ready to help ensure the will of the American people is safely carried out. pic.twitter.com/3AStpH4B9Y
— Andrew Cuomo (@NYGovCuomo) January 7, 2021
La decisión de Cuomo se produjo pocas horas después de que cientos de seguidores del presidente Donald Trump asaltaran el Capitolio de Washington, lo que obligó a suspender la sesión de certificación de la victoria electoral de Joe Biden, un proceso hasta hoy puramente de trámite, y a desalojar a los legisladores y al vicepresidente, Mike Pence.
El asalto, en el que una persona falleció tras resultar herida de bala en el asalto, no pudo ser impedido por las fuerzas de seguridad de la sede del legislativo, que se vieron superadas por la turba, por lo que dejaron que los manifestantes camparan a sus anchas por el Capitolio.
Trump ha animado a esta concentración en Washington como medio de presión para evitar la confirmación de la victoria electoral de Biden, que debe culminar con su toma de posesión el día 20 de enero.
El mandatario compareció este miércoles frente a sus seguidores para arengarlos y reiterar sus acusaciones de fraude poco antes de que una parte de ellos asediara el Capitolio y lo tomara por la fuerza, rompiendo ventanas y abriendo puertas hasta suspender la sesión prevista.