La presencia del empresario sudafricano, Elon Musk, en la primera reunión del gabinete del presidente Donald Trump este miércoles solidificará aún más su poder dentro del gobierno republicano y la inmediatez con la que lo ha acumulado, pese a no haber sido elegido ni confirmado por el Senado.
Pero la asistencia del dueño de Tesla a la reunión se produce en un momento en que sus intentos de desmantelar la fuerza laboral federal y reacomodarla a la imagen de Trump, incluyendo dar órdenes drásticas a los trabajadores de todo el gobierno, ha empezado a irritar a los secretarios del gabinete y a los integrantes del Congreso, señalaron varias fuentes cercanas al tema.
Las frustraciones fueron en aumento cuando Musk dio una directiva de seis palabras que causo un caos generalizado en toda la administración de Trump.
Los funcionarios de la Casa Blanca reiteraron en que no los sorprendió el correo electrónico del sábado de la Oficina de Gestión de Personal enviado por orden de Musk, que preguntaba: “¿Qué hiciste la semana pasada?”
No obstante, los funcionarios del gabinete y los integrantes del Congreso no recibieron ninguna advertencia como a otros trabajadores federales.
El correo electrónico, y las posteriores amenazas de Musk de que aquellos que no respondieran inmediatamente serían despedidos, dejaron sorprendidos a varios jefes de agencias y altos rangos de la administración Trump, manifestaron las fuentes, lo que desató preguntas sobre quién tiene la autoridad para emitir directivas a los empleados en los distintos departamentos.
“A muchas agencias no se les avisó con antelación, lo que causó algunos dolores de cabeza”, explicó un alto funcionario, apuntando que varias agencias informaron rápidamente a la Casa Blanca y a sus trabajadores que la naturaleza confidencial o sensible de su empleo resultaría problemática para responder al correo electrónico.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que la medida causó “cierta molestia” no solo entre los altos cargos, sino incluso entre algunos secretarios, “están a cargo de sus propias agencias y deben realizar sus propias revisiones para determinar dónde pueden ser necesarios recortes”.
Parte de esa frustración se debe a que los secretarios habían prestado juramento recientemente (alguno ni siquiera han recibido los votos de confirmación del Senado) y no tuvieron tiempo de examinar en profundidad su propia fuerza laboral o evaluar correctamente sus necesidades antes de que empezaran las amenazas de despido.
Otra área donde surgió preocupaciones sobre la noción de que quizá Musk tenía el poder de destituir a los empleados si no seguían una orden que las propias secretarias no habían firmado.
Los líderes del FBI y los departamentos de Estado, Justicia, Energía, Seguridad Nacional y Defensa les indicaron a sus trabajadores que no respondieran al correo del DOGE debido a la naturaleza sensible de su función.
Por su parte, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, explicó que Musk, un empleado especial de la administración, no tiene el poder de contratar y despedir a trabajadores federales y que Trump dejaría en manos de sus secretarios de gabinete la mejor forma de proceder con el correo electrónico.
“Nadie fue tomado por sorpresa”, dijo Leavitt cuando se le cuestionó en la rueda de prensa del martes sobre el hecho de que a los funcionarios no se les había avisado con antelación.
“Todos están trabajando como un solo equipo”, dijo Leavitt. “El presidente respeta las decisiones de sus secretarios de gabinete de decirle a su personal que no responda ese correo electrónico porque lo hicieron por interés en la seguridad nacional y no quieren arriesgar información confidencial”.
Por otro lado, a quienes laboran en la oficina ejecutiva del presidente, se le señaló que no tenían que responder y se consideran exentos.
Pero la polémica alrededor a la directiva es la última de varias medidas del DOGE que ha empezado a indignar a los principales funcionarios del gobierno republicano, manifestaron las fuentes, quienes han dado a conocer un escepticismo silencioso sobre la manera en que Musk está llevando a cabo sus prioridades.
Acceso casi sin restricciones al Ala Oeste
La decisión de emitir la directriz se originó mientras Musk y sus principales asesores que laboran con el Departamento de Eficiencia Gubernamental han estado acercándose a las oficinas en el Edificio de Oficinas Ejecutivas Eisenhower, donde el líder de SpaceX tiene su propia oficina, así como en distintas agencias, preguntando a los trabajadores qué hacen para la administración.
Musk tiene acceso casi sin restricciones al Ala Oeste y frecuentemente sale del EEOB sin previo aviso, expresaron las fuentes.
Se reúne esporádicamente con la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, y con el subdirector de gabinete, Stephen Miller, pero su personal se reúne frecuentemente para coordinar planes futuros.
Musk tiene una lista de ideas que ha “considerado” y que ha contemplado que DOGE trate de implementar, dijo un funcionario de la administración.
