
El Papa Francisco es velado en la capilla de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, conforme a sus propios deseos. El cuerpo del pontífice ha sido colocado en un ataúd de madera, rompiendo con la tradición utilizada en los funerales de papas anteriores.
Esta elección responde a una solicitud expresa del Papa, quien había manifestado su deseo de tener una despedida sencilla y austera.

En lugar del féretro ceremonial habitual que se ha utilizado en el pasado para los pontífices, el Papa Francisco pidió ser colocado dentro de un ataúd de madera simple.
Esta decisión marca una diferencia significativa con respecto a los funerales de sus predecesores, quienes fueron sepultados en ataúdes elaborados y con elementos simbólicos tradicionales.

De manera particular, el Papa también expresó que su ataúd debía tener un revestimiento de zinc, manteniendo una estructura modesta, alejada de los ataúdes compuestos por tres capas de distintos materiales como ciprés, plomo y roble, que históricamente han sido empleados para los funerales papales.

Este tipo de ataúd, que en otros casos ofrecía una apariencia majestuosa y reforzada, ha sido reemplazado por una alternativa más sencilla que respeta la voluntad del Papa de ser recordado con humildad.

“Su cuerpo se coloca dentro de un ataúd de madera en lugar de un féretro, como se utilizó para los funerales de los papas anteriores.” Esta cita confirma que se siguieron al pie de la letra las instrucciones dejadas por el pontífice.
La elección de un ataúd de madera con revestimiento de zinc también fue una petición directa del Papa: “El Papa Francisco también deseaba que se colocara en un sencillo ataúd de madera con revestimiento de zinc, en lugar de los tradicionales ataúdes de tres capas de ciprés, plomo y roble.”

La capilla de Santa Marta, ubicada dentro del territorio del Vaticano, ha sido el lugar elegido para el velorio del Papa. Este espacio, que formó parte de su vida diaria mientras ejercía su pontificado, ahora acoge su cuerpo en el momento final, respetando tanto el simbolismo del lugar como su estilo de vida y sus convicciones personales.
La despedida al Papa Francisco se realiza siguiendo un estilo coherente con su imagen pública: austera, cercana y humilde, sin ornamentos innecesarios ni gestos de opulencia.