Entrando en el tercer año de conflicto, el ejército ucraniano está cansado y desabastecido. Tres fuentes diplomáticas europeas explicaron a Infobae sobre los últimos avances y por qué no deben depender de EEUU
31.000 soldados ucranianos murieron en combate en los dos años transcurridos desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala, según reveló por primera vez este lunes Volodomir Zelensky. El número de soldados heridos o desaparecidos es aún confidencial. “Decenas de miles de civiles” fueron asesinados en las zonas ocupadas de Ucrania, pero no habrá cifras exactas hasta que termine la guerra.
En el campo de batalla, este lunes las tropas ucranianas debieron retirarse de una aldea en el este del país, mientras que las fuerzas rusas demostraban ventajas en términos de soldados y municiones. Fue en Lastochkyne, ubicada al oeste de Avdiivka, un suburbio de la ciudad de Donetsk que las fuerzas del Kremlin capturaron el 18 de febrero tras una batalla de cuatro meses. El abandono de la aldea ilustra los desafíos que enfrenta Ucrania en esta nueva fase de la guerra.
“Para nosotros, que Rusia haya invadido Ucrania fue una decepción enorme”, confesó una fuente diplomática europea a Infobae. “En el marco de la Unión Europea lo que hemos construido desde hace 70 años es precisamente para que no vuelva el uso de la fuerza en Europa. Es realmente la vuelta al siglo XIX y a la primera mitad del siglo XX, cuando países con visiones imperialistas y colonialistas usaban la fuerza para someter a un vecino”.
Han sido dos años dolorosos, con muertes diarias, y esfuerzos diplomáticos que de momento no ha dado frutos. Otra fuente de las relaciones exteriores de una nación europea que habló bajo condición de anonimato sentenció que esta guerra se decidirá “en el campo de batalla”, y no por vías diplomáticas.
Ya entrando al tercer año de conflicto entre Rusia y Ucrania, el panorama no parece alentador para Kiev. El ministro de Defensa de Ucrania, Rustan Umerov, expresó su preocupación el domingo sobre el retraso en la entrega de la mitad del apoyo militar prometido por Occidente al país. Este retraso está complicando la planificación militar y, lo que es más grave, está resultando en pérdidas de vidas de soldados ucranianos en el conflicto con Rusia.
Cada envío de ayuda militar que no llega a tiempo significa una desventaja para Ucrania en el campo de batalla, donde enfrenta el poderío militar superior de Rusia, cuyo ejército está golpeando fuerte a las tropas cansadas y desabastecidas de Kiev.
En una conferencia de prensa en Kiev, Zelensky se refirió al drama de la falta de municiones en el frente: “De un millón de proyectiles que la Unión Europea nos prometió, no fue el 50% sino lamentablemente el 30% el que se entregó”.
Una de las fuentes reconoció la importancia de suministrar una mayor cantidad de armamento y de manera más rápida. “Desde la Unión Europea eso está muy claro”, reafirmó. “Es triste que desde la UE, que es un proyecto de paz, estemos dando armas, pero es para defendernos, para defender la democracia. Va en contra de nuestro ADN suministrar estas armas, pero no nos queda más remedio”.
Europa ha apoyado a Ucrania de varias formas. Desde lo económico, han desembolsado unos 96 mil millones de dólares en asistencia financiera, militar, humanitaria y para refugiados; han lanzado 13 paquetes de sanciones para estrangular el financiamiento bélico de Putin; y ha acogido millones de refugiados ucranianos, especialmente Alemania, Polonia y República Checa.
A su vez, las naciones europeas están cada vez más preocupadas por la posibilidad de que Estados Unidos -el país que más ha apoyado financieramente a Ucrania- reduzca su respaldo, especialmente mientras la ayuda enfrenta obstáculos en el Congreso. Además, existe una creciente inquietud sobre la posibilidad de que el ex presidente Donald Trump regrese a la Casa Blanca, lo que podría resultar en una política más permisiva hacia Rusia, que ampliaría así su agresión en el continente europeo.
Pero las fuentes europeas se muestran reacias a pronunciarse sobre estas ansiedades en diálogo con Infobae. “No tenemos la bola de cristal para ver qué puede pasar con EEUU. No se sabe si Trump va a ganar, no va a ganar y luego no sabemos qué va a decir o qué no va a decir” (Donald Trump ya expresó públicamente su desdén hacia los paquetes de ayuda en forma de subsidios en lugar de préstamos, llamándolos “estúpidos”. Ha realizado también comentarios provocativos sobre la OTAN y amenazó con incumplir el compromiso de la alianza de defender a sus miembros en caso de un ataque por parte de Rusia).
“Hablemos ahora de una alianza militar. Creo que no puede depender de los estados de ánimo de un presidente”, dijo un diplomático europeo a este medio. “Y podríamos decir que la incertidumbre estadounidense refuerza el espíritu europeo y una de las políticas que ha sido más difícil de construir, que es la de defensa común. Muchos países europeos tenían un presupuesto de defensa demasiado débil. Desde esta invasión, todos han entendido que su supervivencia y su libertad dependía de un presupuesto de defensa mucho mayor”.
Las fuentes recalcaron la necesidad de tener una alianza entre países europeos con una identidad europea de defensa. No únicamente la OTAN, sino una identidad europea que no sea dependiente de la alianza atlántica: “No debemos depender de Estados Unidos”.
“Basta que venga un Putin y que nos haga lo que nos acaba de hacer para que nos demos cuenta de que no podemos depender de su gas. Basta que venga una pandemia para darnos cuenta de que no somos capaces de fabricar un gramo de paracetamol en la Unión Europea, ni un ventilador mecánico. Y basta que venga un presidente como Trump para darnos cuenta de que tenemos que defendernos solitos”.
La invasión de Rusia a Ucrania -”que iba a durar dos días y ya van más de dos años”- la definieron como una “guerra con grandes ondas de choque”, con repercusiones en todas partes del mundo, y Zelensky y sus funcionarios están viajando de un lado a otro para consolidar el apoyo a Ucrania. En Latinoamérica, en donde hay varios países con lazos con Rusia, Argentina quiere albergar una conferencia de apoyo a Ucrania en el segundo semestre de este año.
Pero la guerra en Ucrania es también una guerra de información.
Putin desplegó este año su arsenal de propaganda y desinformación para consolidar el respaldo a su campaña dentro de Rusia, mientras mina el apoyo a Ucrania en otros lugares, desde una alegación sensacionalista en las primeras etapas del conflicto de la supuesta muerte autoinfligida de Zelensky, o un video falso de FR24 en el que se acusaba a Ucrania de querer matar a Emmanuel Macron en suelo ucraniano. Distintas investigaciones apuntan a una red de desinformación operada desde el Kremlin, que incluye la utilización de bots en redes sociales.
“Putin vive en un mundo del siglo XIX, donde predominaba el uso de la fuerza en las relaciones entre naciones. Pero estamos en 2024. En 2024 hay instituciones internacionales. Algunos pueden considerarlas debilitadas, ineficientes, pero existe la Corte Penal Internacional, existe la Corte Internacional de Justicia. Ésas instituciones se toman su tiempo para decidir, y el uso de la violencia va mucho más rápido. Pero tarde o temprano, el señor Putin y su gobierno van a tener que rendir cuentas”.