Varios líderes europeos buscaban este lunes reforzar su apoyo a Ucrania, en un contexto marcado por la presión de Washington para que Kiev acepte con rapidez un acuerdo de paz mediado por Estados Unidos.
Tras las conversaciones sostenidas el domingo en Berlín entre enviados estadounidenses y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, funcionarios de Ucrania y de países europeos retomaron las reuniones la mañana del lunes, estos encuentros forman parte de una serie de contactos destinados a garantizar la paz y la seguridad en Europa, ante una Rusia cada vez más firme en su postura, y continuaron con un segundo día de diálogos iniciado poco antes del mediodía.
Entre los participantes se encontraba el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, considerado uno de los principales interlocutores europeos entre el presidente estadounidense Donald Trump y Zelensky, quien fue visto el lunes por la mañana en el centro de Berlín.
El domingo, Zelenskyy se reunió con el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y con Jared Kushner, yerno del mandatario estadounidense, en la cancillería federal alemana, en el marco de los esfuerzos por poner fin a la guerra que se acerca a su cuarto año.
La búsqueda de posibles compromisos ha encontrado obstáculos significativos, entre ellos el control de la región oriental ucraniana de Donetsk, en gran parte ocupada por fuerzas rusas, en una publicación en redes sociales, el gobierno de Estados Unidos afirmó el domingo por la noche que “se logró mucho progreso” tras la reunión de cinco horas, según un mensaje difundido en la cuenta de Witkoff.
Zelenskyy expresó el domingo su disposición a retirar la candidatura de Ucrania para unirse a la OTAN si Estados Unidos y otras naciones occidentales ofrecen a Kiev garantías de seguridad comparables a las que reciben los países miembros de la alianza. No obstante, Ucrania continúa rechazando la presión estadounidense para ceder territorio a Rusia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, exige que Ucrania retire sus fuerzas de la parte de la región de Donetsk que aún controla, una de las condiciones clave planteadas por Moscú para alcanzar la paz. El Kremlin también ha descrito la aspiración ucraniana de ingresar en la OTAN como una amenaza directa a la seguridad rusa y como una de las razones que motivaron la invasión a gran escala iniciada en febrero de 2022.
Zelenskyy subrayó que cualquier garantía de seguridad occidental debe ser legalmente vinculante y contar con el respaldo del Congreso de Estados Unidos.
El Kremlin señaló el lunes que espera ser informado por la parte estadounidense sobre los resultados de las conversaciones de Berlín una vez concluyan. Al ser consultado sobre la posibilidad de que las negociaciones concluyan antes de Navidad, el portavoz presidencial Dmitry Peskov calificó la predicción de plazos como una “tarea ingrata”.
“Solo puedo hablar por la parte rusa, por el presidente Putin”, afirmó Peskov. “Está abierto a la paz, a una paz seria y a decisiones serias. Absolutamente no está abierto a ningún truco destinado a ganar tiempo”.
Mientras tanto, en Londres, la nueva jefa del servicio de inteligencia exterior británico, MI6, tenía previsto advertir este lunes que la determinación de Putin de exportar el caos está reescribiendo las reglas del conflicto y generando nuevos desafíos de seguridad.
Blaise Metreweli, en su primer discurso público al frente del MI6, señalará que el Reino Unido enfrenta amenazas cada vez más impredecibles e interconectadas, con especial énfasis en una Rusia “agresiva y expansionista”.
En el terreno militar, Rusia lanzó 153 drones de distintos tipos contra Ucrania durante la noche del domingo al lunes, según la Fuerza Aérea ucraniana, que informó que 133 fueron neutralizados y que 17 alcanzaron sus objetivos.
En Rusia, el Ministerio de Defensa aseguró que sus fuerzas destruyeron 130 drones ucranianos durante la noche y otros 16 entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana del lunes. Dieciocho de ellos fueron derribados sobre Moscú. Como medida de seguridad, las autoridades suspendieron temporalmente los vuelos en los aeropuertos de Domodedovo y Zhukovsky. No se conocieron de inmediato datos sobre daños o víctimas.
El canciller alemán, Friedrich Merz, quien lidera junto al presidente francés Emmanuel Macron y al primer ministro británico Keir Starmer los esfuerzos europeos de respaldo a Ucrania, afirmó el sábado que “las décadas de la “Pax Americana” han terminado en gran medida para nosotros en Europa y también para nosotros en Alemania”.
El término “Pax Americana” alude al dominio de Estados Unidos como superpotencia tras la Segunda Guerra Mundial, asociado a un período de relativa estabilidad global. Merz advirtió que el objetivo de Putin es “un cambio fundamental de las fronteras de Europa, la restauración de la antigua Unión Soviética dentro de sus fronteras”.
“Si Ucrania cae, no se detendrá”, alertó durante una conferencia partidaria en Múnich.
Por su parte, Macron reiteró el domingo en la red social X que “Francia está, y seguirá estando, al lado de Ucrania para construir una paz robusta y duradera, una que pueda garantizar la seguridad y la soberanía de Ucrania y de Europa a largo plazo”.