
El Gobierno interino de Nepal ha comenzado a reanudar servicios esenciales este lunes, en un intento de recuperar la normalidad tras el estallido social de la semana pasada, con oficinas gubernamentales improvisadas en carpas, ministerios desplazados y tribunales trabajando en edificios quemados, mientras la primera ministra interina, Sushila Karki, asume el liderazgo del país.
“Se ha destruido una gran cantidad de infraestructuras. Tomará tiempo evaluar los daños”, declaró el secretario jefe Eknarayan Aryal, citado por el medio local ‘The Kathmandú Post’, que señaló que en los próximos días comenzará la evaluación y se elaborará un plan de reconstrucción tras los incendios de las protestas.
Algunos de los organismos más relevantes destruidos han empezado a operar con medios provisionales. El Tribunal Supremo, incendiado durante las protestas, funciona ahora desde carpas para emitir notificaciones de aplazamiento de audiencias.
El Ministerio de Finanzas, que sufrió daños menores, reanudó la recaudación de ingresos y los pagos del tesoro, mientras que carteras como Educación o Salud buscan sedes temporales tras la destrucción de sus instalaciones.
Las protestas dejaron en llamas infraestructuras clave del Estado, como el Parlamento, la Presidencia, la Corte Suprema o varios ministerios, además de sedes de partidos políticos y residencias privadas de exmandatarios y figuras políticas claves de Nepal.
En varios distritos fuera de la capital, oficinas de aduanas, juzgados y administraciones locales reabrieron en espacios improvisados, con mobiliario prestado y sistemas básicos.
Las escuelas y los colegios también volvieron a impartir clase paulatinamente a lo largo del domingo y lunes en distintos puntos del país, aunque algunas instituciones continúan cerradas debido a los daños en sus instalaciones.
El estallido social, liderado por el movimiento juvenil ‘Generación Z’, dejó al menos 72 muertos y más de doscientos heridos de gravedad, según el último balance oficial. De las víctimas, 59 eran manifestantes, tres policías y diez reclusos que intentaron fugarse durante la crisis.
Las protestas anticorrupción, avivadas por un veto a redes sociales que entró en vigor el 4 de septiembre, forzaron la dimisión del ex primer ministro K.P. Sharma Oli y la formación de un gobierno interino encabezado por Sushila Karki, expresidenta del Tribunal Supremo y símbolo de la lucha contra la corrupción en el país.
Organizados principalmente a través de la plataforma Discord, los jóvenes activistas lanzaron llamamientos en línea para escoger representantes y negociar con el Ejército y con la Presidencia, hasta alcanzar un consenso que desembocó en la elección de la nueva primera ministra el pasado viernes.
El Gobierno interino de Nepal, encabezado por Karki, se encargará de la gestión del país hasta la formación de un nuevo ejecutivo tras las elecciones legislativas fijadas para el 5 de marzo de 2026.