
La historia política de América Latina, ha estado marcada por regresos o continuidades de poder de los que llegan hasta lo más alto de la pirámide gubernamental.
En la región, solo Guatemala, Honduras, México, Panamá y Uruguay tienen la prohibición de en cualquiera de sus formas, de la reelección en su constitución.
En una vista general, la continuidad del poder en América Latina es un instrumento de uso constante que, en ocasiones beneficia al país y en otras genera incertidumbre o preocupación.
Resultado o no, de reformas a la constitución, consentimiento ciudadano u otro tipo de artimaña que permita la permanecía en el poder, a lo largo de la historia, aquellos que han tenido en sus manos el liderazgo de los países de Latinoamérica, no consideran suficiente un solo periodo, dejando al descubierto cómo el poder ejecutivo es la figura central y el anhelo mayor de cada político.
Desde los años 60, luego de los 31 años de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, hasta la actualidad, en República Dominicana la reelección ha sido un instrumento muy usado por los líderes políticos.
Aunque el período presidencial es de cuatro años, a lo largo de nuestra historia, República Dominicana ha atravesado por periodos en los que los gobernantes se han “enamorado” del poder y han marcado profundamente la memoria nacional.
Echando una mirada al pasado, se puede resaltar el tan conocido caso de Joaquín Balaguer, quien, es recordado por sus largos periodos de gobierno, autoritario en gran parte y por sus grandes proyectos de infraestructura.
En una primera etapa, Balaguer gobernó por 12 años, desde el 1966 a 1978, luego de un episodio de mucha turbulencia e incertidumbre en la política. Más tarde, en 1986, aprovechando la división en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el estadista regresa al poder tras enfrentarse a Jacobo Majluta e inicia el mandato de los 10 años.

Posteriormente, en medio de acusaciones de fraude electoral, desapariciones de personas como la del activista y periodista Narciso González (Narcisazo) y de una campaña política bastante agria; Balaguer presta su apoyo a Leonel Fernández y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el 1996.
Fernández fue el presidente desde 1996 hasta el 2000, en las elecciones del 2000 perdió frente a Hipólito Mejía y, aprovechando la reforma constitucional que permite la reelección de manera consecutiva, regresó para dos períodos contiguos en 2004-2008 y 2008-2012.

La administración de Leonel Fernández se caracterizó por la visión de desarrollo y la modernización de la infraestructura. Luego de esos dos periodos de gobierno continuo y tras conflictos internos en el partido, Danilo Medina sucede a Fernández, ganando las elecciones del 2012.
Aquí inicia otro periodo de ocho años, pues, Medina, también se reeligió y obtuvo un segundo periodo desde el 2016 hasta el 2020.
El mandato de Medina es recordado por sus aportes e inversiones al campo, pero también por escándalos de corrupción como los casos de Odebrecht, Punta Catalina y la Oficina Supervisora de Obras del Estado (Oisoe).
El caso más reciente en la historia de las reelecciones de República Dominicana lo representa el actual presidente Luis Abinader.
Con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Abinader llegó al poder en 2020 y en 2024, fue ratificado para un segundo mandato que finalizaría en el 2028. La popularidad del presidente ha sido clave para la continuidad de su gobierno democrático.
La reelección en países de la región acumula historia
En los demás países de América Latina la reelección es un recurso muy utilizado por los líderes para mantenerse por más tiempo entre las mieles del poder.
Se puede hacer referencia, por ejemplo, al caso de Argentina. En esta nación sudamericana, Carlos Menem, del Partido Justicialista, gobernó por un periodo de 10 años, iniciando en 1989 hasta 1999. Fue el primer candidato en esa nación en usar la reelección tras la reforma constitucional del 1994.

Pero no es el único caso, para 2007, Cristina Fernández de Kirchner, candidata del mismo partido, ganó la presidencia e hizo un mandato consecutivo hasta el 2015. Kirchner, además fue vicepresidenta del país desde 2019 hasta diciembre del 2023.
Otro caso a destacar es Bolivia. Evo Morales ha intentado eternizarse en el poder buscando más de una reelección consecutiva, apoyándose en decisiones del Tribunal Constitucional que interpretan el derecho a la reelección como un derecho humano, a pesar de que la constitución de su país lo prohíbe.
Morales, representante del Movimiento al Socialismo (MAS), gobernó desde 2006 a 2019, siendo reelecto en múltiples ocasiones. A pesar de que, durante su gestión, Bolivia fue uno de los países de Sudamérica con mayor crecimiento económico y logró grandes avances en salud y educación, su empeño en mantenerse como presidente provocó una crisis política que lo obligó a renunciar en el 2019 y aceptar asilo político en México.
En Brasil, los presidentes también pueden relegirse en un mandato consecutivo o no, de cuatro años. Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), fue presidente entre 2003 y 2010, posteriormente, en 2023, se convirtió en el único presidente en Brasil que ha retornado al cargo de forma no consecutiva.

Mientras que, en Chile, país que no permite reelección consecutiva, dos personajes, han “jugado al ping pong”, alternándose en la presidencia durante los últimos 20 años.
Michelle Bachelet gobernó Chile en el periodo 2006–2010 y en 2014–2018, mientras que Sebastián Piñera fue presidente en 2010–2014 y retornó en 2018–2022. Ambos mandatarios ejercieron un sistema democrático.
Para el caso de Colombia, se puede destacar a Álvaro Uribe Vélez. El mandato presidencial colombiano es de 4 años y no permite reelección, sin embargo, Uribe, corrió con la suerte de aprovechar una reforma constitucional, (que fue eliminada más tarde) que aprobó la consecución inmediata, permitiéndole gobernar desde 2002 a 2010.
La reelección consecutiva en Costa Rica no es permitida, sin embargo, un gobernante puede volver a postularse tras una pausa luego de cuatro años de mandato. Óscar Arias Sánchez, del Partido Liberación Nacional, optó por liderar el país en dos ocasiones, ascendiendo al poder la primera vez en el periodo 1986–1990 y volviendo en el 2006–2010. Su gobierno se caracterizó por un liderazgo democrático y además es recordado por ser ganador del Premio Nobel de la Paz.
Otro país que ha vivido varias reelecciones es Ecuador. Líderes como Rafael Correa, se han quedado por más de un período de gobierno.
Luego de una reforma constitucional que aprobó la reelección en Ecuador, Correa, candidato de Alianza País, fue presidente desde 2007 a 2017, desarrollando un gobierno de matices autoritarios.
Para 2023, Daniel Noboa, llegó al poder tras ejecutarse la figura constitucional conocida como «muerte cruzada», una representación que refiere a la posibilidad de que el presidente en funciones disuelva la Asamblea y convoque a unas elecciones anticipadas.
De esta forma, Noboa del partido Acción Democrática Nacional, asumió el gobierno para completar la gestión de Guillermo Lasso que inició en 2021.
Tras aproximadamente un año y medio, siendo presidente, en 2025 Daniel Noboa fue reelecto para un mandato completo de 4 años. Cabe destacar que Ecuador no permite la reelección consecutiva.
En El Salvador, el mandato presidencial es de 5 años y la Corte Suprema ha habilitado la reelección inmediata, aunque la Constitución lo prohíbe. Es así como Nayib Bukele, del partido Nuevas Ideas, es presidente desde el 2019.

Tras el primer mandato de Bukele, una democracia con tendencia autoritaria, optó por la reelección en el 2024 generando un fuerte debate sobre el rumbo democrático del país.
Pasando a Venezuela, Nicolás Maduro actualmente lleva 12 años en el poder. Es un gobierno autoritario, herencia del periodo de Hugo Chávez, quien gobernó desde 1999 hasta su muerte.
Maduro asumió la presidencia en 2013 con el Partido Socialista Unido de Venezuela y ha mantenido el control desde entonces con represión política y sumergiendo al país en una crisis económica y social.
Tras regímenes autoritarios, de represión y violación de los derechos humanos, Haití logró tener su primer presidente elegido democráticamente en 1994. Jean-Bertrand Aristide, asumió desde ese año hasta 1996 y regresó para el periodo 2001-2004.
En cuanto a Nicaragua, Daniel Ortega, ejerciendo un gobierno autoritario, fue presidente en el periodo 1985-1990, regresando en el 2007, fecha en que se acomodó en el poder y ha permanecido hasta la fecha por 22 años. Actualmente, Ortega es copresidente de Nicaragua por el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, junto a su esposa Rosario Murillo, quien asumió este año.
En otros países de Latinoamérica, existen condiciones especiales que han permitido casos de dictaduras militares como en Paraguay, que Alfredo Stroessner del Partido Colorado, estuvo por 35 años, desde 1954 a 1989, o Cuba que tiene un sistema autoritario de partido único donde no se permite la oposición política y por tanto personajes como Fidel Castro o Raúl Castro lideraron por muchos años.
Daniel Noboa, un
Un hombre nacido en una cuna de oro y que fue catapultado –con tan solo 35 años– a lo más alto del poder en Ecuador. A Daniel Roy Gilchrist Noboa Azín no le faltan ceros en el banco para ser uno de los hombres más pudientes del país suramericano, ni contactos para tener –posiblemente– a la mitad de un país a sus pies. Y es que este hijo de magnate representa la herencia más suculenta de Ecuador: su padre, el empresario bananero Álvaro Noboa, es el hombre más rico del país.

Daniel Noboa, se define como un hombre de centroizquierda, incluso ha dicho que admira a Luis Inácio Lula Da Silva, aunque fue la derecha ecuatoriana la que terminó abrazándolo. Cuando ganó la presidencia en 2023, no tenía partido propio, ni un aparato político que lo respaldara, ni alianzas sólidas que amortiguaran sus decisiones. Su capital era otro: el apellido, la juventud, la imagen de empresario exitoso y, quizás, el hartazgo de un país polarizado, de discursos violentos, al borde del colapso.
Heredero del imperio bananero más poderoso de Ecuador, creció entre privilegios: mansiones, empresas familiares que facturan millones y apellidos que abren puertas. Pero en su entorno el poder no es un lujo, es una obsesión. Desde muy joven supo que, en su familia, no bastaba con tener dinero. Había que gobernar. Su padre, Álvaro Noboa, uno de los hombres más ricos del país, se lanzó cinco veces a la presidencia y perdió en todas. Una derrota tras otra que se convirtió en una herida en el linaje. Daniel, el primogénito, vino a cerrarla de un solo golpe. Ganó en su primer intento y cumplió el sueño frustrado de su padre.
Daniel Noboa obtuvo 55,92 % de los votos, mientras que su contrincante Luisa González llegó a 44,08 %, según los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral de Ecuador. La victoria del actual mandatario marcó la derrota de la izquierda en Ecuador respaldada por el expresidente Rafael Correa.
Al ganar la segunda vuelta de las elecciones de Ecuador, Noboa Azín logró reelegirse y gobernará hasta 2029.