Según el Ministerio Público, López Reyes estaría implicado en la fabricación y distribución de medicamentos falsificados que contenían estas sustancias peligrosas, las cuales se comercializaban como si fueran pastillas legítimas.
Al ser presentado ante las autoridades, López Reyes negó las acusaciones, asegurando que el Ministerio Público «no tiene pruebas» que lo involucren directamente, argumentando que «fue un loco de los Estados Unidos que dice que él me vendía a mí».
No obstante, las autoridades continúan con las investigaciones, y hoy se espera la audiencia en la que se le conocerá la solicitud de medida de coerción, bajo cargos que violan la Ley 136-03, la Ley 155-17 sobre lavado de activos, y la Ley 53-07. Además, enfrenta una solicitud de extradición hacia los Estados Unidos.
De acuerdo con Damian Williams, fiscal del Distrito Sur de Nueva York, «La proliferación de farmacias falsas en línea está alimentando la epidemia de fentanilo en esta nación.
Como se alega, Francisco López Reyes, también conocido como “Frank”, y sus lugartenientes han dirigido una red mundial de estos sitios web y han comercializado, fabricado, vendido y distribuido agresivamente millones de píldoras letales de fentanilo destinadas a imitar medicamentos recetados legítimos.
Las víctimas del plan incluyen personas de todos los ámbitos de la vida, personas de todas las edades y ocupaciones, de los 50 estados, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Puerto Rico, Alemania y Eslovenia».
Esta red vendía las sustancias en al menos 40 sitios web que simulaban ser farmacias legítimas, utilizando reseñas falsas y chatbots para atraer clientes.
Williams también destacó que la organización de López Reyes es responsable de comercializar millones de píldoras letales en todo el mundo, afectando a personas de diversas nacionalidades, incluidas victimas en los 50 estados de EE. UU., las Islas Vírgenes, Puerto Rico, Alemania y Eslovenia.
La gravedad de los cargos que enfrenta López Reyes, entre ellos conspiración para tráfico de estupefacientes con resultado de muerte y lavado de dinero, podrían llevarlo a una sentencia de cadena perpetua.
