La comunidad de Azua de Compostela, en República Dominicana, atraviesa momentos de gran pesar tras la pérdida de Paola Ciprián, una joven de 24 años que dejó de existir luego de ser alcanzada por un proyectil proveniente de un objeto de fuego.
El hecho ocurrió el pasado 27 de julio en la calle Bartolomé Olegario Pérez, también conocida como Calle Ancha, mientras se producía una discusión entre dos hombres.
Paola no estaba vinculada de ninguna manera con dicho altercado.
De acuerdo con testigos presentes, el señalado responsable, identificado como Robert Montero, accionó un objeto de fuego en medio del enfrentamiento.
Posteriormente, se dio a la fuga, pero fue detenido poco tiempo después por agentes del DICRIM de la Policía Nacional en la calle 19 de Marzo, una vía paralela al lugar del suceso.
Hasta el momento no se conocen detalles precisos sobre la situación judicial que enfrenta Montero en relación con este caso.
Allí permaneció durante varias semanas enfrentando complicaciones de salud y sometiéndose a cinco procedimientos quirúrgicos para tratar daños internos ocasionados en distintos órganos.
A pesar de los esfuerzos médicos y su resistencia, las complicaciones derivadas de las lesiones no pudieron ser superadas y la joven dejó de vivir.
Paola estaba en vísperas de alcanzar una de sus mayores metas: recibir el título de Licenciada en Bioanálisis, ya que su graduación estaba programada para el día siguiente al incidente.
Sus familiares y allegados resaltan que era una persona alegre, con muchas metas y dedicación hacia sus estudios.
“Era una luz para nuestra familia, siempre soñando con ayudar a otros a través de su profesión”, compartió con tristeza uno de sus familiares.
La situación ha provocado una marcada consternación entre los habitantes de Azua, quienes piden que se haga justicia y se tomen medidas más firmes para enfrentar la violencia generada por el uso irresponsable de objetos de fuego.
Vecinos del sector han señalado que este tipo de hechos muestran la necesidad urgente de reforzar la seguridad para evitar que personas inocentes resulten afectadas.
El recuerdo de Paola Ciprián se suma a otras historias que evidencian la vulnerabilidad de la vida frente a situaciones de conflicto.
Su partida deja un vacío profundo en su familia, en sus amigos y en toda la comunidad de Azua, que hoy la recuerda y reflexiona sobre las consecuencias de la violencia.
