Los legisladores estatales de Nueva York despojaron ayer los poderes de emergencia que le otorgaron hace un año al gobernador (D) Andrew Cuomo para manejar la pandemia de coronavirus, mientras los escándalos de acoso sexual y encubrimiento de muertes en hogares de ancianos continúan aumentando, al punto de pedirle la renuncia.
El Senado del estado de Nueva York respaldó las nuevas restricciones a la autoridad ejecutiva de Cuomo con una votación de 43-20 ayer por la tarde, con todos siguiendo las líneas de sus partidos. Los legisladores en la Asamblea hicieron lo mismo, votando 107 a 43, poco después. Ambas cámaras están dominadas por Demócratas.
“El público merece tener controles y equilibrios”, dijo la líder de la mayoría Andrea Stewart-Cousins (D-Westchester). “Esta legislación crea un sistema con una mayor participación y, al mismo tiempo, garantiza que los neoyorquinos sigan estando protegidos”.
El proyecto de ley debe ser firmado por el mismo Cuomo, quien señaló el miércoles que aceptará las nuevas restricciones.
Con las nuevas limitaciones, ya no podrá crear nuevas directivas sin la aprobación de la Legislatura ni extender ninguna directiva existente a menos que se considere “crítica” para la salud pública, acotó New York Post.
Irónicamente, los Republicanos, votaron en contra ayer, quejándose de que no controlaba lo suficiente los poderes del gobernador. “Este proyecto de ley sólo promueve los poderes ejecutivos de emergencia del gobernador y permite que continúen las directivas que han gobernado nuestro estado durante un año”, criticó el asambleísta Michael Lawler (R-Rockland).
También esta semana, Cuomo insistió en que no renunciará al cargo que ejerce desde 2011. En teoría, su actual tercer período vencerá el 1 de enero de 2023 y hasta el año pasado dijo que buscaría otra reelección, apoyado por las encuestas. Ahora el panorama de su popularidad ha cambiado drásticamente.