7 de octubre de 2025

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De lanchero a capo: la ruta de ascenso en el escalafón del narcotráfico en RD

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Una de las condiciones imprescindibles para convertirse en un potencial capo en República Dominicana es ser diestro en la navegación de embarcaciones.

Los organismos de seguridad del Estado han identificado que el camino para escalar posiciones en el narcotráfico inicia con la confianza ganada en el mar, donde el “lanchero” se convierte en pieza fundamental.

La ubicación geográfica del país, como media isla en el corazón del Caribe, favorece esta dinámica. Los dominicanos, con experiencia tanto en la pesca como en la organización de viajes ilegales hacia Puerto Rico, han desarrollado habilidades que los colocan en contacto directo con proveedores de cocaína en Colombia y Venezuela, así como con jefes locales.

De acuerdo a informaciones de los organismos de seguridad del Estado, entre los capos que se destacaron como expertos navegantes figuran Bienvenido Guevara Díaz (Maconi), Ramón Antonio del Rosario Puente (Toño Leña), el fallecido Rolando Florián Féliz y Darío Gasolina, entre otros.

EL LANCHERO: Pieza central del trasiego

El lanchero es un navegante experimentado que conoce el mar con precisión, incluso sin instrumentos tecnológico como brújula o GPS, y logra evitar la vigilancia. Su labor consiste en transportar la droga de manera segura, desde las costas de Sudamérica hasta las dominicanas,  especialmente la zona sur.

Una parte de la mercancía se queda para el mercado local, mientras que el resto continúa la ruta hacia Puerto Rico, México, Estados Unidos o Europa.

Por la confianza depositada en él, el lanchero es considerado la figura más importante dentro de esta cadena.

EL GUAREMATE, custodio en tierra

El guaremate es el encargado de recoger la droga lanzada desde la lancha rápida hacia las costas. Además de recolectar, en ocasiones actúa como almacenista y custodio del cargamento.

CONTRAINTELIGENCIA, la organización cuenta con un equipo de contrainteligencia, cuya función es vigilar a los encargados del trasiego para evitar traiciones o robos internos.

EL FISCAL, certifica que la droga haya llegado al lugar acordado, utilizando expresiones en clave como “el pájaro está en vuelo” o “el pájaro llegó a su nido”.

TRASLADO Y RESGUARDO, una vez recibida la mercancía, se guarda en lugares remotos y de difícil acceso. Luego, el equipo de traslado se encarga de moverla hacia centros de acopio, puertos y aeropuertos, donde se define su destino final.

Este equipo se encarga de la logística de distribución, tanto para el consumo local como para el tráfico internacional. Administra la entrega en puertos, aeropuertos, provincias y barrios, manteniendo la red activa.

EL HOMBRE Y EL FINANCIERO

Dentro del organigrama también está “El hombre”, quien actúa como lobista. Su rol es establecer contactos con políticos, militares, policías y funcionarios para garantizar la impunidad de las operaciones a cambio de fuertes sumas de dinero.

El financiero, por su parte, aporta los recursos y administra el dinero. Es conocido como “el que resuelve”.

EL LUGARTENIENTE Y EL CAPO

El lugarteniente es el representante directo del capo y la cara visible de la organización. Su figura sirve como fachada para proteger al verdadero líder, quien casi nunca se expone públicamente.

Por esta razón, las autoridades suelen tener dificultades para vincular al capo directamente con las operaciones criminales. En el caso de Estados Unidos, se utiliza la figura legal de “conspiración para traficar drogas” para justificar extradiciones.