Apenas seis días antes de las elecciones presidenciales y congresuales del 19 de mayo, el expresidente de la República y presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Danilo Medina, dijo unas palabras que resonaron en todo el escenario político de la nación caribeña.
Medina, ante centenares de seguidores, dijo que el partido que quedara en tercer lugar en los comicios del pasado domingo, pasaría por un proceso de extinción en el sistema de partidos de la República Dominicana, por lo que aseguraba que el PLD debía quedar en primer o segundo lugar “sí o sí”.
Pero no fue así, la organización opositora tuvo un vergonzoso papel en las pasadas elecciones, en las que su candidato presidencial, Abel Martínez, quedó en un lejano tercer lugar con apenas el 10% de los votos, lo que más temía Medina que pasara.
El PLD no solo sufrió una caída estrepitosa en el nivel presidencial, sino también en el congresual, donde apenas alcanzaron 12 diputados de 190, su peor actuación electoral desde que llegaron al gobierno en el 1996.
La organización tampoco sacó ninguno de los 32 escaños en el Senado de la República, perdiendo los tres senadores que ostentaban desde el pasado proceso electoral, dos de ellos caídos al no poder lograr la reelección.
Esto trae la interrogativa de si serán proféticas o no las palabras del expresidente de la República de que la organización que quedara en tercer lugar pasaría a un proceso de extinción.
Connotados dirigentes del PLD sin siquiera haberse cumplido una semana de la celebración de los comicios, han pedido una renovación “total” del partido opositor, algunos sugiriendo incluso, que tanto el presidente de la organización, Danilo Medina, como su secretario general, Charlie Mariotti, renuncien y den paso a una nueva generación.
Hay dirigentes que han propuesto a Juan Ariel Jiménez, vicepresidente del PLD, para que encabece el proceso de renovación, una posición que de seguro se escuchará mucho el lunes 27 de mayo, cuando el comité político peledeísta se reúna por primera vez después de una de sus peores actuaciones electorales de los últimos 30 años.
Mientras el partido morado debate sobre un posible proceso de renovación, la Fuerza del Pueblo (FP), que fue fundada por el expresidente de la República Leonel Fernández, luego de abandonar al PLD que presidió durante 17 años (2002-2019), se ha convertido en la principal fuerza opositora.
