Cuando un perro mueve la cola está contento. Pero eso no siempre es cierto. La experta en el comportamiento de canes Katja Krauss explica en su libro “Aprender a ver las emociones de los perros” que el animal efectivamente expresa emociones con la cola, pero no siempre quiere decir que está contento. Más bien implica que está excitado.
La altura a la que lleva la cola y la velocidad con que la mueve permiten obtener más informaciones sobre lo que siente el perro. Porque incluso puede tener miedo o estar predispuesto de forma agresiva.
Como regla general vale: Cuanto más lento y con mayor suavidad mueva la cola, menor es la tensión. Con una excitación elevada, la moverá rápido y con oscilaciones cortas. Si el perro lleva la cola levantada sin ningún tipo de movimiento, también está muy tenso. En general así es como se muestra en una confrontación directa.
Un perro contento en general mueve la cola bastante alta y con mucho movimiento, a veces incluso en círculo. Pero también pueden presentarse colas muy bajas con movimiento rápido. Por eso, vale lo siguiente: Para interpretar correctamente la tensión y la situación emocional del animal, los dueños deben considerar el carácter, la anatomía general y el resto del lenguaje corporal de su mascota.
La cola de un perro parece decirnos al principio de un encuentro: ¿qué onda, amigo?, para luego expresar detalladamente cómo se siente y cómo quiere vincularse con nosotros.
Los perros tienen “cara de cola” o mejor dicho la cola de los perros es como la cara de los seres humanos: expresa estados de ánimo y voluntad de comunicación.
Y entonces, ¿cuál es su función? Lo primero que pensamos es que los perros mueven la cola sólo cuando están contentos, pero la verdad es que la interpretación de la posición y del movimiento de la cola es mucho más compleja y sutil.
Los perros suelen utilizar sus colas para manifestar estados de confusión o de conflictos a resolver y para transmitir emociones como la molestia, la agitación, el enojo y por supuesto también la felicidad.
Nuestro mejor amigo aún no ha encontrado una forma de hablar con sus dueños ni con otros animales, y por ello tiene que usar su cuerpo para comunicarse en el idioma perro que tanto nos cuesta aprender.
La cola de los perros es como un kiosco polirrubro que dice mucho sobre el animal. De hecho, para quien “habla e interpreta” el idioma de los perros, solo le basta con mirar la posición y el movimiento de la cola para saber lo que el perro está pensando o sintiendo.
Los perros se comunican con un lenguaje muy particular, un idioma perruno, en el que la cola tiene un papel determinante utilizando el lenguaje corporal para pedir algo o para que entendamos sus sentimientos.
Sola o combinada con posturas o movimientos, la cola ayuda sustancialmente al perro a expresar sus intenciones y nos ayuda a nosotros descubrir los mensajes que quiere transmitir.
Según coloque y mueva la cola será lo que te tu perro te quiere contar. La cola delata el estado anímico del perro y es el espejo de sus emociones. La posición de la cola delata estados de ánimo y lo hacen también sus movimientos.
La dirección en la que la cola se menea importa mucho porque coincide con la activación hemisférica y ésta con el estado de ánimo y la intención. Grupos de investigación encontraron que los perros mueven la cola hacia la derecha cuando tienen emociones positivas (por ejemplo cuando están felices porque ven a sus dueños) y a la izquierda cuando tienen ansiedad o emociones negativas (por ejemplo cuando ven a un perro hostil para ellos). Es decir, cuando se activa el lado izquierdo del cerebro, la cola se mueve hacia la derecha y viceversa.