El Vaticano confirmó un caso de coronavirus en la Casa Santa Marta, la residencia del papa Francisco, aunque el afectado no presenta síntomas y ya ha sido aislado, informó este sábado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El enfermo ha abandonado temporalmente la Casa Santa Marta, la residencia donde el pontífice argentino prefirió vivir dentro del Vaticano, y con él han sido aisladas todas las personas con las que ha mantenido contacto directo.
Bruni señaló que los tres residentes del Vaticano que en los últimos días habían resultado positivos al coronavirus ya se han curado.
Mientras se ha confirmado otro caso de un residente de la Ciudad del Vaticano y de once miembros de la Guardia Suiza, el pequeño ejército del Papa.
El Gobierno del Vaticano obligó al uso de la mascarilla en todo su territorio, también al aire libre, y en todas sus sedes extraterritoriales, los territorios y edificios romanos sobre los que tiene jurisdicción.
El pasado miércoles el papa Francisco tampoco usó la mascarilla durante la audiencia general con los fieles, y solo se le ha visto con ella en una ocasión, dentro de un coche que le trasladaba en el interior de los muros de la Santa Sede.
Sin embargo, el miércoles por primera vez el pontífice renunció a saludar a los fieles al comienzo y al final de la audiencia, les pidió disculpas por ello, por renunciar a la cercanía, y les instó a respetar los protocolos sanitarios contra el coronavirus.
Durante la primera ola de la pandemia el Vaticano registró doce casos de contagio.
El Vaticano (REUTERS/Remo Casilli)
El papa Francisco evitó el contacto físico con los fieles
El papa Francisco evitó a saludar personalmente a los fieles al final de la audiencia general para evitar aglomeraciones y contagios de coronavirus y les pidió disculpas por tener que hacerlo desde la distancia.
“Como hago normalmente yo querría bajar y acercarme a ustedes para saludarlos pero con las nuevas prescripciones es mejor mantener las distancias y a los enfermos los saludo de corazón desde aquí”, dijo el pontífice desde su trono en el aula Pablo VI del Vaticano.
El Papa retomó las audiencias generales de los miércoles con los fieles el pasado 2 de septiembre, después de seis meses de parón por el confinamiento. Y aunque las nuevas restricciones ya estaban en vigor la semana pasada, en esta ocasión por primera vez no ha pasado por el pasillo central para saludar a los fieles de la platea, como suele hacer normalmente, y al final tampoco ha recorrido la primera fila.
Al término de su catequesis el pontífice argentino valoró que los cientos de fieles que le escuchaban mantuvieran la distancia física y les pidió disculpas por no podemos acercarse a ellos. “Sucede que cuando yo bajo todos vienen y entonces se agrupan y el problema es que hay peligro de contagio. Por eso cada uno con la mascarilla y manteniendo la distancia podemos seguir adelante con las audiencias”, explicó.
Y agregó: “Discúlpenme si hoy los saludo desde lejos pero creo que si todos como ciudadanos cumplimos las prescripciones de las autoridades, esto será una ayuda para acabar con esta pandemia. Gracias”, dijo, suscitando el aplauso de sus fieles.