
Cientos de personas asistieron este Martes en Palermo al conmovedor funeral de las nueve personas de la misma familia que murieron debido a las inundaciones y el mal tiempo el sábado en Sicilia, sur de Italia.
La ceremonia fue celebrada en la catedral de Palermo, ciudad que consagró un minuto de silencio por las víctimas y las banderas de todas las instituciones y escuelas estaban a media asta.
Decenas de globos blancos fueron lanzados en el momento del paso de los ataúdes, todos blancos, mientras los asistentes aplaudían.
La banda de la ciudad acompañó el funeral de las nueve personas, entre ellas dos niños de uno y tres años y un adolescente de 15 años, quienes pertenecían a dos familias que se vieron sorprendidas cuando el agua inundó su casa de campo en Casteldaccia, una localidad costera al este de Palermo, capital de la isla de Sicilia.
“Federico vive”, rezaba un enorme cartel desplegado por los compañeros de escuela del adolescente, mientras un grupo de ellos cargó en sus espaldas el ataúd con el cuerpo del joven.
Las dos familias se habían reunido para pasar el fin de semana en esa localidad al borde del río Milicia, que se desbordó por las abundantes lluvias cubriendo buena parte de la casa con agua y barro.