Este viernes se ha conocido la sentencia de uno de los juicios más mediáticos en España de lo que va de año. La Audiencia de Barcelona ha condenado a tres de los cuatro acusados de la violación grupal a una joven de 18 años que sucedió en 2019 en el municipio catalán de Sabadell.
Uno de ellos, considerado autor material de una de las agresiones sexuales y cooperador necesario de otras dos, ha sido condenado a 31 años de privación de libertad; otros dos han sido sentenciados a 13 años y seis meses de prisión por complicidad, al encontrarse en el lugar de los hechos sin actuar para evitarlo y contribuyendo a crear un clima de terror; mientras que un cuarto ha sido absuelto al no poderse acreditar su presencia en el lugar de los hechos.
Los tres condenados deberán cumplir, tras su salida de la cárcel, cinco años de libertad vigilada y deberán indemnizar a la víctima con 60.000 euros, además de abonar las costas del procedimiento.
Como ya hiciera el fiscal, los magistrados dan absoluta credibilidad al testimonio de la víctima. «Como fuente de información, nos ha resultado creíble», puede leerse en la sentencia.
Según los hechos probados, tras una noche de ocio, la joven, de tan solo 18 años, fue abordada en la calle por uno de los individuos, que la agredió sexualmente y la introdujo en una nave abandonada. Allí, fue violada por turno por tres individuos ante la presencia de otros tres que no hicieron nada por evitarlo.
Dos de los agresores materiales no han sido juzgados. Uno de ellos no ha podido ser identificado, mientras que el otro se encuentra fugado después de que el juez lo dejara en libertad provisional antes de recibir los resultados de las pruebas, que encontraron su perfil genético en los rastros biológicos analizados por los peritos.