Un proyecto elaborado integralmente por una herramienta de inteligencia artificial (IA) fue convertido en ley en la ciudad brasileña de Porto Alegre (sur), reveló este miércoles el concejal a cargo de la iniciativa, que sorprendió a sus colegas con el «experimento» para poner la tecnología en debate.
«La primera ley brasileña hecha exclusivamente por inteligencia artificial está vigente aquí en Porto Alegre», anunció en un video publicado en redes sociales Ramiro Rosário, legislador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro) en la legislatura de la capital de Rio Grande do Sul, quien figuraba hasta ahora como autor del proyecto.
La iniciativa, que exime a los ciudadanos de pagar por un nuevo medidor de consumo de agua en caso de robo, fue aprobada por unanimidad entre los legisladores que desconocían su verdadera autoría, el 18 de octubre pasado, y entró en vigor el 23 de este mes tras la sanción del alcalde, Sebastiao Melo.
«Además de atender una demanda importante para la ciudad, estamos generando un debate sobre el uso de la tecnología, de la inteligencia artificial, para mejorar la calidad del servicio público en Brasil», dijo a la AFP Rosário, de 37 años, quien se define como un «curioso» de la tecnología.
Sin informar a los colegas, el concejal «quería demostrar la condición técnica del texto para atravesar todos los requisitos legales hasta ser sancionado», explicó.
El presidente de la legislatura municipal, el pastor evangélico Hamilton Sossmeier (PTB), dijo al sitio de noticias g1 que «no existe ninguna ley que prohíba» el uso de inteligencia artificial, pero «es un precedente peligroso» y «encendió una alerta».
Con su «experimento», Rosário puso a prueba en su tarea legislativa el uso del ChatGPT, de la empresa estadounidense OpenAI, al pedirle que elaborara un proyecto municipal para la ciudad ‘gaúcha’ sobre la prohibición de cobrar al dueño del inmueble el costo del aparato de medición, si fuera robado.
El pedido dio origen en cuestión de segundos a un texto con ocho artículos y justificaciones, además de adicionar un plazo (no requerido) para la sustitución del aparato, entre otros puntos.
El legislador incluso hizo con la herramienta unos recortes y ajustes formales al texto, que finalmente fue incluido en una ley de 1987.
Pese a las ironías en redes sociales que sugerían el despido de Rosário tras volverse «innecesario», el legislador dice que el resultado prueba que es posible «disminuir el número de parlamentarios en Brasil, de asesores, de servidores públicos y traer una mayor capacidad de producción legislativa», señaló, convencido de que la tecnología traerá nuevas oportunidades.