
El alcalde Adams presentó con optimismo los datos de neoyorquinos sin hogar a quienes ha conectado con vivienda permanente o albergues según el
La indigencia y el desamparo se han convertido en los últimos años en sellos de la Gran Manzana, donde turistas y neoyorquinos ven a diario a personas sin hogar durmiendo en aceras, incluso con sus mascotas, o agarrando vagones del metro como hogares improvisados.
Sin embargo, el panorama pudiera ser peor si la actual administración municipal no le hubiera tendido la mano a más de 3,500 desamparados que han sido sacados de las calle y puestos en hogares y refugios.
Así lo aseguró este lunes el alcalde, Eric Adams, tras anunciar que la Ciudad le ha tendido la mano a miles de neoyorquinos, entre ellos, 1,000 que habían convertido el metro de Nueva York en su vivienda, gracias a programas de apoyo, como la adhesión de 400 nuevas camas de Safe Haven y el Plan de Seguridad del Metro de la Alcaldía, que realiza actividades de divulgación específicas en las estaciones para conectar a neoyorquinos vulnerables con viviendas y servicios.
“Desde el principio, dijimos que necesitábamos generar confianza con la población desamparada de la ciudad”, dijo el mandatario local. “Este éxito no sería posible sin nuestras inversiones históricas en Safe Haven y camas de estabilización, nuestra creación récord de viviendas asequibles y un enfoque preciso en abordar la situación de las personas sin hogar en nuestras calles y en el metro”.
Adams dijo que aún queda trabajo por hacer, pero advirtió que “es evidente que los años de ignorar a los neoyorquinos necesitados han terminado, y este hito es una prueba más de que seguimos haciendo de la ciudad de Nueva York una ciudad más segura y asequible”.
El burgomaestre agregó además que se inicio en la Gran Manzana la campaña “Acabemos con la cultura del todo vale”, que busca mejorar la calidad de vida en las calles de la ciudad a través de cambios en la cultura y las leyes que impedían que las personas con enfermedades mentales graves recibieran ayuda si no la solicitaban.
La comisionada del Departamento de Servicios Sociales (DSS), Molly Wasow Park, recalcó que es prioridad de la Ciudad fortalecer los caminos para que desamparados accedan a viviendas estables, centrados en los vecinos más vulnerables.

“Gracias a las inversiones vitales de la Ciudad en el modelo de Refugios Seguros y a la dedicación de cientos de trabajadores sociales que priorizan la dignidad, la confianza y la compasión en cada paso del proceso, pudimos ayudar a más de 3,500 neoyorquinos que vivían sin techo a mudarse a viviendas permanentes”, dijo la funcionaria. “La expansión continua de los Refugios Seguros reforzará aún más nuestros esfuerzos para romper el ciclo de la falta de vivienda de los neoyorquinos, a quienes la sociedad en general ha defraudado constantemente”.
La administración municipal asegura que desde el inicio del Plan de Seguridad del Metro, más de 8,600 neoyorquinos han sido conectados a albergues, y más de 1,000 de ellos ya tienen vivienda permanente y asequible, al tiempo que unos 400 empleados de divulgación se dan a la tarea de recorrer los cinco condados las 24 horas del día buscando ofrecer techo a desamparados en las calles.
“Solo el año pasado, casi 1200 neoyorquinos sin hogar sin refugio fueron ubicados en viviendas permanentes desde camas de bajo costo, lo que refleja un aumento interanual del 19%”, mencionó la Ciudad. “Más de 3,500 neoyorquinos sin refugio han podido hacer la transición de vivir en las calles y el metro a una vivienda permanente desde el inicio de esta administración. Además, desde enero de 2022, más de 14,000 personas se han registrado en una cama de refugio”.
A pesar de las buenas nuevas, en calles de la Gran Manzana de Manhattan, desamparados como el venezolano Lucas Arroyave, critican a la administración municipal y aseguran que para muchos indigentes como él, la realidad es muy distinta.
“Esos informes son pura paja. Basta con caminar por Times Square, la Broadway y la Octava y Novena avenida para darse cuenta que hay muchos como yo que todavía no tenemos techo”, asegura el desamparado. “Y no es porque uno quiera es porque por aquí nadie ha venido a ofrecernos nada más que bolsitas de comida y ya. Hay que hacer más y no solo presentar números, que con todo respeto a mí me parecen inflados”.
Otro desamparado de la calle 14, quien prefirió no revelar su nombre, criticó a la Ciudad porque aseguró que las ofertas de ayuda que les brinda son condicionadas.
“Yo tengo a mis perritos que siempre han estado conmigo. Son mi familia y son tan desamparados como yo, desde que me desalojaron de mi apartamento en Loisaida porque ya no tuve para pagar esas rentas tan caras”, comentó el neoyorquino sin hogar. “Y la vez que fui a pedir ayuda me dijeron que podían darme techo en un refugio pero sin mis perritos. Eso es inhumano. Tienen que invertir en todos sin discriminar. Eso se llama perrofobia”.