
Un aeropuerto en el sur de California operó sin controladores de tráfico aéreo la tarde del lunes, informó el gobernador del estado, Gavin Newsom, mientras se prolonga el cierre del gobierno de Estados Unidos, el Aeropuerto de Burbank de Hollywood, que conecta con decenas de ciudades del país, permaneció sin personal en su torre de control durante seis horas, según detalló el mandatario.
“¡Gracias @realDonaldTrump!”, escribió Newsom en la red social X. “El aeropuerto de Burbank tiene cero controladores de tráfico desde las 4:15 de hasta las 10 p.m. hoy por tu cierre del gobierno”, agregó el gobernador demócrata.
Estados Unidos entró este lunes en su segunda semana de cierre administrativo por la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Senado respecto al paquete presupuestario federal, como consecuencia, cientos de miles de empleados públicos de agencias y departamentos federales cesaron sus labores, mientras que los considerados esenciales continúan trabajando sin recibir su salario temporalmente.
La Autoridad Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) informó que las operaciones en el aeropuerto de Burbank registraron retrasos promedio de 151 minutos y que existen complicaciones similares en otros aeropuertos del oeste del país. Un portavoz del aeropuerto confirmó a la AFP que “las operaciones continúan en el terminal” y aconsejó a los pasajeros “consultar con sus aerolíneas antes de llegar para tener información reciente sobre posibles retrasos o cancelaciones”.
Personal del aeropuerto confirmó la situación a la televisora ABC, que señaló que un equipo en San Diego, a poco más de 200 kilómetros al sur, asumió las labores de control y comunicación con los pilotos durante la ausencia del personal.
El cierre del gobierno ha paralizado múltiples sectores públicos y profundizado la confrontación política en Washington. Los demócratas se niegan a otorgar los votos que los republicanos necesitan para reabrir la administración federal, a menos que el bloque del expresidente Donald Trump acepte extender los subsidios de salud y revertir algunos de los recortes aplicados a programas sanitarios bajo la reciente “Gran y hermosa ley” impulsada por el exmandatario.
La Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo no partidista, estimó que esa ley, promulgada el 4 de julio, podría dejar sin cobertura médica a 11 millones de estadounidenses. A esa cifra se sumarían otros cuatro millones que, según los demócratas, perderán su seguro médico el próximo año si no se renuevan los subsidios al seguro de salud, mientras que otros 24 millones verán duplicarse sus primas.
El cierre administrativo, originado por el desacuerdo político, ya impacta el tráfico aéreo, los servicios de salud y el funcionamiento de agencias federales, aumentando la preocupación por las consecuencias económicas y sociales en todo el país.