
Por quinto día seguido, miles de personas han salido a las calles en Marruecos para protestar contra la corrupción y criticar que el Gobierno gaste dinero en eventos deportivos, como la organización del Mundial de Fútbol 2030, mientras los sistemas de salud y educación atraviesan graves dificultades y el desempleo sigue siendo alto.
Según datos oficiales, hasta ahora se han registrado 286 heridos, de los cuales 263 son policías y 23 manifestantes, también se reportaron varios incendios y la destrucción de más de 140 vehículos policiales y una veintena de coches particulares.
Las marchas, convocadas en redes sociales por los grupos GenZ 212 y Morocco Youth Voice, se desarrollan en más de una decena de ciudades y ya son consideradas las más grandes en el país desde las protestas del Rif en 2016 y 2017. Los organizadores insisten en mantenerlas como movilizaciones “pacíficas y civilizadas”, aunque la tensión en las calles sigue aumentando.
El Ministerio del Interior informó que hasta el martes 409 personas fueron detenidas por su presunta participación en actos de violencia. El balance oficial señala 263 agentes de seguridad y 23 civiles heridos, además de decenas de vehículos de las fuerzas del orden y particulares destruidos o incendiados.
La Fiscalía anunció que procesará a 193 personas acusadas de “actos de violencia, destrucción e incitación” y advirtió que aplicará sanciones “ejemplares” que pueden alcanzar 20 años de prisión o cadena perpetua.
Por su parte, el colectivo juvenil ‘GENZ212’, formado por miembros de la generación Z sin afiliación política ni sindical, se desmarcó de la violencia y reafirmó que sus protestas buscan mejoras en sanidad, educación, oportunidades laborales y lucha contra la corrupción. Organizados a través de Discord, anunciaron que este jueves habrá nuevas manifestaciones pacíficas con medidas de orden, horarios definidos y rechazo a cualquier tipo de vandalismo.
“Confirmamos a la opinión pública y a las autoridades que nuestras manifestaciones serán totalmente pacíficas y rechazamos cualquier forma de violencia”, indicaron en un comunicado tras someter la decisión a votación entre sus miembros.
La coalición de partidos que forman la mayoría gubernamental expresó el martes su disposición al diálogo con los jóvenes “dentro de las instituciones y espacios públicos, para encontrar soluciones realistas y viables”, en paralelo, el ministro de Sanidad, Amine Tahraoui, fue convocado por el parlamento a una reunión urgente para abordar la situación del sector. En la sesión, transmitida en directo, Tahraoui reconoció la legitimidad de las demandas juveniles, pero defendió el plan de reforma sanitaria del Ejecutivo como “el camino para cumplir con estas expectativas”.