Japón no puede seguir pasando por alto las preocupaciones y protestas internacionales que han generado sus planes de verter al mar el agua contaminada de la central nuclear Fukushima-1, afirmó este viernes el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian.
A inicios de la semana pasada, el Gobierno japonés dio a conocer sus planes de verter al océano Pacífico más de un millón de toneladas de agua contaminada que se han ido acumulando en tanques después de que el devastador terremoto y tsunami de marzo de 2011 dañara gravemente la central nuclear de Fukushima. El plan desató polémica en la comunidad internacional, con numerosas críticas desde países vecinos, grupos ambientalistas y comunidades pesqueras locales.
«La parte japonesa debe hacer frente con sinceridad a las dudas y protestas surgidas tanto dentro del país como en el extranjero y dejar de hacerse el tonto con este tema», declaró el vocero chino.
«La parte japonesa debe hacer frente con sinceridad a las dudas y protestas y dejar de hacerse el tonto con este tema»
El funcionario defendió que Tokio no debe tratar como un asunto interno el vertido de aguas residuales al océano y mostró sus dudas sobre las afirmaciones de que el líquido contiene niveles seguros de partículas radiactivas: «Si el agua radiactiva no es peligrosa, ¿por qué Japón no se queda con ella?»
El portavoz enfatizó que el país nipón «no debe ignorar la ecología marítima global, la salud y seguridad de los pueblos de todos los países, ni tampoco volcar su responsabilidad en toda la humanidad».
Zhao advirtió que Tokio cometería un paso peligroso si antepone sus propios intereses por encima de los intereses comunes internacionales.
«El pueblo japonés, los países vecinos y la comunidad internacional no lo aceptarán. El Gobierno japonés pagará por sus acciones irresponsables dejando una mancha en la historia«, dijo.
Los planes de Tokio han causado protestas de una treintena de organizaciones civiles niponas y de la Federación de Asociaciones de Cooperativas Pesqueras de Japón, así como de las asociaciones pesqueras de tres prefecturas. En la prefectura de Fukushima, 31 municipalidades, un 70 % del total, han presentado quejas. Dentro del país se han recogido 450.000 firmas en contra de la iniciativa mientras también se están recogiendo firmas a nivel internacional.
Se prevé que los trabajos de desagüe en la central de Fukushima arranquen dentro de dos años, mientras que todo el proceso tardaría décadas. Según el operador de la planta, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), su capacidad de almacenar el agua contaminada en tanques llegará a su límite en otoño de 2022. Se planea filtrar el líquido para eliminar los isótopos, dejando solo el tritio, un isótopo radiactivo de hidrógeno difícil de separar del agua. Antes de bombearla al océano, se diluirá el agua hasta que sus niveles de tritio caigan por debajo de los límites reglamentarios.