
El presidente de China, Xi Jinping, anunció este miércoles por videomensaje ante la Asamblea General de la ONU nuevos compromisos climáticos para 2035, que incluyen una reducción del 7 % al 10 % de las emisiones respecto al pico actual y la instalación de 3.600 gigavatios de capacidad eólica y solar, más de seis veces el nivel registrado en 2020.
Xi enmarcó estas metas dentro de la actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y afirmó que China se compromete a construir una “sociedad resiliente” al cambio climático.
El mandatario subrayó que, aunque su país sigue siendo el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, la transición hacia un modelo energético más limpio ya está en marcha.
Contraste con Trump
El anuncio de Xi contrastó con las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, quien esta semana calificó al cambio climático como “la mayor estafa jamás perpetrada contra el mundo” y tachó a la energía verde de “fraude”.
Sin mencionarlo directamente, Xi aludió a Estados Unidos en su discurso: “Pese a que algunos países actúan contra la tendencia de la lucha contra el cambio climático, la comunidad internacional debe seguir la dirección correcta”, afirmó.
La Cancillería china, en la misma línea, aseguró que Pekín está dispuesto a cooperar con todas las naciones para impulsar la plena implementación del Acuerdo de París, del que Trump ha retirado a Estados Unidos en dos ocasiones: durante su primer mandato y nuevamente este año, tras regresar a la Casa Blanca.
Metas cuestionadas
Pese al anuncio, organizaciones ambientales consideran que los compromisos de Pekín son insuficientes. Greenpeace calificó los objetivos de “cortos” para garantizar un clima seguro, aunque reconoció que la rápida incorporación de renovables en la matriz energética sugiere que el país podría superar lo comprometido.
“La cantidad de eólica y solar que está entrando en la matriz energética respalda esa expectativa”, afirmó Yao Zhe, asesora de políticas globales de Greenpeace East Asia, quien pidió a China mantener la puerta abierta a reforzar pronto sus metas climáticas.
Informes de Greenpeace y Ember señalan que las renovables y la electrificación están transformando el sistema energético chino: entre 2015 y 2023, el uso de combustibles fósiles en el consumo final cayó un 1,7 %, mientras que la demanda eléctrica aumentó un 65 %. Solo en la primera mitad de 2025, la energía eólica creció un 16 % y la solar un 43 %, superando por primera vez la generación combinada de hidroeléctrica, nuclear y bioenergía.