El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quedó en la mira de la comunidad internacional luego de que el 9 de febrero de 2020 desplegara un fuerte dispositivo de seguridad, integrado por militares y policías, en la sede de la Asamblea Legislativa de su país, en lo que fue visto como una presión al Parlamento para aprobar el financiamiento a su plan de seguridad. Según informa la prensa local, el presidente salvadoreño viajó la semana pasada a Estados Unidos y, pese a sus esfuerzos por mantener reuniones con altos funcionarios del gobierno de Joe Biden, no fue recibido por ninguno.
De acuerdo al portal El Salvador, el mandatario, quien estuvo en Washington, intentó reunirse con funcionarios del Departamento de Estado y con Juan González, principal asesor del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental. Sin embargo, los pedidos fueron denegados.
Una fuente cercana al equipo de trabajo de Biden indicó a El Diario de Hoy que Bukele sólo logró reunirse con Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), durante su estancia en la capital norteamericana.
Esa fuente sostuvo que el rechazo a las peticiones del presidente salvadoreño envían un claro mensaje al mandatario: “El Estado de derecho, el respeto a las normas básicas en una democracia van a ser importantes para la administración Biden con base en estos principios y no ideología”.
La congresista norteamericana Norma Torres (EFE/Felipe Chacón)
Por su parte, según lo confiado por esa persona cercana al equipo de Biden, el nuevo gobierno de Estados Unidos no quería ser manipulado por Bukele y que los encuentros solicitados sirvieran al jefe de Estado centroamericano con fines electorales de cara a los comicios legislativos y municipales del próximo 28 de febrero.
De hecho, este domingo dos miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos emitieron una carta para hacer un llamado de atención al gobierno de Bukele y respaldar las investigaciones de la Fiscalía sobre dos hechos de violencia ocurridos en los últimos días: el ataque del pasado 31 de enero contra militantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en el Centro de San Salvador, durante una caravana de campaña electoral; y el asalto a un equipo de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la madrugada de ese mismo día.
“Le instamos a que colabore plenamente con las investigaciones independientes del Fiscal General y a que ejercite la influencia de su oficina en busca de paz, justicia y unidad”, escribió la representante demócrata por California, Norma Torres, quien además es presidenta de la Fracción de Centroamérica en el Congreso, y el representante demócrata por Nueva Jersey, Albio Sires, miembro del subcomité sobre el Hemisferio Occidental.
Albio Sires, congresista demócrata por Nueva Jersey (EFE/Luis M. Álvarez)
El asesinato de los simpatizantes del FMLN generó polémica en el país por el enfrentamiento entre el Ejecutivo y el fiscal Raúl Melara. La versión de la Policía, respaldada por Bukele, es que la muerte de los militantes se debió a un intercambio de disparos y no a una agresión directa de los tres procesados.
La Policía acusó a la Fiscalía de “ocultar” unas grabaciones sobre el atentado luego de que realizara una conferencia de prensa en la que mostró otras imágenes. Melara respondió a las acusaciones vía Twitter e indicó que “ese video también se presentó y deja en evidencia que no hay disparos desde el camión” en el que se transportaban las personas asesinadas y heridas.
“Al querer desvirtuar las conclusiones de la investigación, lo que hace la @PNCSV (Policía) es desacreditarse más y menospreciar el trabajo que sus investigadores han hecho con los fiscales. No entiendo a quién defienden”, fustigó el fiscal.
El viernes pasado una corte dictó la prisión preventiva para los tres acusados del homicidio de los dos simpatizantes del FMLN, entre los que se encuentra, según el órgano Judicial y reportes de la prensa local, el jefe de seguridad del Ministerio de Salud (Minsal).
El propio Bukele se mostró activo en las redes sociales cuestionando el accionar del fiscal general: “La violencia debe castigarse, VENGA DE DONDE VENGA. PAREJO. Los que ocultan evidencia no son más que encubridores de delitos”.
El fiscal general de El Salvador, Raúl Melara, dijo que enviará al FBI las pruebas que recolectó su oficina sobre los recientes hechos de violencia en el país (CAMILO FREEDMAN / ZUMA PRESS)
Los representantes de la comunidad internacional en el país centroamericano se volcaron en condenar el ataque y pedir una investigación que permita esclarecer lo sucedido.
Tras lo sucedido, el presidente salvadoreño primero acusó al FMLN de haber orquestado un auto ataque. Pero luego indicó que no se trató de un auto ataque, sino un cruce de fuego entre bandos armados.
En respuesta a los pronunciamientos de Bukele y de la Policía Nacional, la semana pasada en rueda de prensa el fiscal general declaró que entregaría una solicitud formal para que el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) revisara la evidencia recolectada por su oficina. Y apuntó: “La presidencia no tiene por qué intervenir en las investigaciones de la Fiscalía (…) El día que un fiscal general se deba a x o y partido político o […] a la presidencia de la República, ese día se van a perder las garantías de todos los salvadoreños”.
Los diputados salvadoreños René Portillo Cuadra, de ARENA, y Cristina Cornejo, del FMLN, se pronunciaron respecto a la intención de Bukele de concertar reuniones en Estados Unidos con el gobierno de Biden, y a la posterior reacción de los congresistas norteamericanos sobre lo sucedido en el país en las últimas semanas.
“Nos hemos enterado de que el presidente (Bukele) hizo una visita a Estados Unidos que no fue invitado y que hubo orientación de no ser recibido hasta que no haya un cambio de actitud de él, hay que recordar que el presidente es de todos los salvadoreños”, manifestó Cornejo.
Familiares y miembros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) participan en el funeral de Juan de Dios Tejada Portillo, una de las dos víctimas del atentado tras un mitin político en El Salvador (REUTERS/Jose Cabezas)
Por su parte, remarcó que la carta emitida por los congresistas norteamericanos insta al mandatario a abandonar sus discursos de “odio, persecución y confrontación” que ha generado ya víctimas mortales, en referencia a la muerte de los dos militantes del FMLN: “Me agradan esas llamadas de atención y esperamos que el presidente de la República haga caso por lo menos a instancias internacionales ya que no quiere hacer caso a los salvadoreños, con violencia nada se logra, hemos visto esa violencia que genera división, odio y muerte y seguiremos insistiendo para cambiar esa realidad”.
“El presidente Bukele ha hecho una visita a Washington en las últimas horas sin ser invitado a Estados Unidos, ninguno de los congresistas, ninguno de los miembros del gabinete de la administración Biden lo ha recibido, precisamente porque es catalogado como un mandatario que fomenta el odio, que fomenta la división, el irrespeto a las instituciones y al Estado de Derecho, irrespeta a los periodistas y a la oposición y eso le ha valido que él no tenga ningún tipo de aceptación en los círculos políticos en Washington”, añadió Portillo Cuadra.