
Estados Unidos deportó el domingo a 17 presuntos miembros de las pandillas Tren de Aragua y MS-13 a El Salvador, recibidos por el presidente Nayib Bukele con un gran despliegue militar, de acuerdo con las autoridades, la operación fue parte de una estrategia para combatir el crimen organizado transnacional y fortalecer la seguridad nacional.
Estas organizaciones son catalogadas como “terroristas” por Washington debido a sus actividades criminales en distintos países.
Bukele, confirmó la llegada de los deportados y manifestó que se trata de individuos con antecedentes graves, incluyendo homicidios y otros delitos violentos, además el mandatario aseguró que entre ellos hay “seis violadores de niños”.
Tras su llegada a El Salvador los detenidos fueron trasladados de inmediato al Centro de Confinamiento de Terrorismo (Cecot), la prisión más grande del país, con capacidad para 40.000 reos y conocida por sus precarias condiciones donde les afeitaron el pelo y la barba, cambiaron sus ropas, y los hicieron posar apilados antes de meterlos en sus correspondientes celdas.
“Una vez más, extendemos nuestra gratitud al presidente Bukele y al Gobierno de El Salvador por su incomparable colaboración para hacer que nuestros países sean seguros contra el crimen transnacional y el terrorismo”, expresó el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio en un comunicado emitido este lunes.
Varias organizaciones internacionales de derechos humanos han criticado este tipo de traslados porque consideran que se irrespeta el debido proceso y que se violan los derechos humanos.