Brasil sobrepasó este jueves los 400.000 muertos por COVID-19 desde el inicio de la pandemia hace poco más de un año, según informó un consorcio de medios de comunicación con base en datos de los Gobiernos regionales.
El país, el más afectado de Latinoamérica por la enfermedad, ha registrado sus últimos 100.000 fallecidos en apenas 36 días, en medio de una segunda ola de la pandemia más virulenta y letal que ha llevado al sistema público de salud al borde del colapso.
Brasil es el segundo país con más víctimas mortales relacionadas con el coronavirus, después de Estados Unidos, y el tercero con más infectados, con más de 14,5 millones, tras EEUU e India.
El ritmo de infecciones y decesos vinculados a la enfermedad ha descendido ligeramente en las últimas dos semanas, aunque continúa en niveles elevadísimos, con el sistema público de salud todavía fuertemente presionado en buena parte del país.
A pesar de esa tímida desaceleración de la pandemia, el ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, pidió este miércoles a la población no bajar la guardia y respetar las medidas sanitarias, como el uso de la mascarilla y el distanciamiento social.
“Estamos todavía en un momento de mucha seriedad, con un número de fallecidos muy alto”, manifestó el ministro en una rueda de prensa.