El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, propondrá a Rusia extender durante cinco años el tratado nuclear Nuevo START, que limita los dos mayores arsenales de esa naturaleza a nivel global. Según reportaron medios locales, la medida cuenta con el visto bueno de Moscú y se produce a menos de un mes de su fecha de expiración, el 5 de febrero.
El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, planeaba comunicar la propuesta al embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, en las próximas horas, expresó un funcionario de la administración estadounidense a la agencia AP. Esta no involucraría ningún cambio en la letra del documento.
El tratado New START (Strategic Arms Reduction Treaty, o Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) es el último instrumento de esa naturaleza vigente entre ambas potencias. Firmado en 2010 por los presidentes Barack Obama y Dmitry Medvedev,limita los arsenales de cada país a 1.550 ojivas nucleares desplegadas y 700 lanzadores estratégicos, entre misiles y bombarderos. Se trató de un elemento clave de la política de “reinicio” del momento, un intento de la administración estadounidense de relanzar las relaciones con el Kremlin.
El tratado también implica una serie de inspecciones mutuas de las instalaciones militares, un pilar de la política de desarme denominada “Confía, pero verifica” (trust but verify, en inglés), defendida por el expresidente estadounidense Ronald Reagan.
El tratado Nuevo START entre Rusia y Estados Unidos limita a 1.550 las ojivas nucleares desplegadas y a 700 los medios de lanzamiento
El ya ex presidente Donald Trump se había mostrado extremadamente crítico del acuerdo, asegurando que era desventajoso para los Estados Unidos. Su gobierno empezó a mantener conversaciones con Rusia sobre el futuro del tratado apenas el año pasado. Trump insistía en sumar a China al pacto, propuesta que Beijing rechazó de plano.
Rusia, por su parte, había propuesto en octubre extender el tratado por un año sin condiciones. En ese entonces, el presidente ruso Vladimir Putin dijo a su Consejo de Seguridad que la medida daría la “posibilidad de mantener negociaciones sustanciales sobre diversos puntos”.
De hecho, Putin había dicho que sería “muy lamentable” que el tratado llegara a su fin sin ser reemplazado, resaltando que este había permitido “limitar la carrera de armamentos”. El proceso de renovación del tratado es simple y únicamente requiere que Washington y Moscú lo aprueben a través de una nota diplomática.
Estados Unidos también se retiró en noviembre de 2020, por orden de Trump, del tratado “Cielos Abiertos” (Open Skies), por el cual ambos países permitían los vuelos de reconocimientos sobre sus territorios para mejorar la confianza en cuestiones nucleares. Rusia actuó en forma recíproca y el 15 de enero de 2021 anunció que comenzaría los trámites para dejar también el pacto, aunque Moscú señaló el martes que esperaría a dialogar primero con el gobierno de Biden antes de tomar una decisión final, de acuerdo a reportes de la agencia TASS.
El entonces vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y el entonce, primer ministro ruso, Vladimir Putin, durante un encuentro en Moscú en 2011 (EFE/MAXIM SHIPENKOV/Archivo)
Según el último informe del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), Rusia y Estados Unidos aún poseen más del 90% de las armas nucleares del mundo.
No obstante el posible desenlace positivo, las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Rusia atraviesan momentos de alta tensión. De hecho, la administración de Biden considera imponer en paralelo medidas contra Moscú por su supuesto rol en el ciberataque masivo contra el gobierno y grandes empresas privadas, conocido como Solar Winds.
Altos funcionarios y agencias del gobierno de Donald Trump habían concluido que el hackeo masivo fue “probablemente perpetrado por un actor de origen ruso”. El 5 de enero, agencias de inteligencia que formaron una unidad conjunta para investigar el hecho, indicaron en un comunicado que actualmente creen que el ataque tuvo como propósito “recolectar inteligencia” y que están “tomando las medidas necesarias para entender el alcance de la campaña y responder de manera acorde”.
“Conforme trabajamos con Rusia, estamos también trabajando para que Rusia rinda cuentas por su temeridad y sus acciones agresivas que hemos visto en los últimos años meses y años”, dijo al respecto un funcionario del gobierno a The Washington Post.