25 de noviembre de 2024

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BIDEN OPACA EL TRUMPISMO EN ESTADOS UNIDOS

Con Joe Biden y Kamala Harris al frente, los demócratas lograron sacar al presidente Donald Trump de la Casa Blanca, pero dicha osadía electoral de 81.2 millones de votos enfrentará su mayor reto este 2021: vencer la sombra del trumpismo en el gobierno.

El principal eslogan de campaña del presidente electo Biden se refiere al espíritu de Estados Unidos, de cómo “sanar su alma”, pero el demócrata deberá encontrar la “cura perfecta” y demostrar que también gobernará para los seguidores del presidente Trump, quien logró 74.2 millones de sufragios, un récord para los republicanos.

El Día de Acción de Gracias, Biden hizo una analogía entre la pandemia de coronavirus y la situación política y social que vive el país: “Debemos recordar que estamos en guerra contra un virus, no entre nosotros”. No ha dejado a un lado ese discurso, pero a partir del 20 de enero deberá hacerlo efectivo.

“Indiscutiblemente debe ser un gobierno para todos, incluso para estas personas que han sido engañadas doblemente por el señor Trump… El reto del presidente Biden será gobernar para todos”, explicó el académico Carlos Aguasaco, profesor asociado de la División de Estudios Interdisciplinarios del City College of New York. “Deberá ir convenciendo a los estadounidenses de que sí se puede volver a una política en la que se hagan compromisos, una política que intercambie posiciones, argumentos y que reúna a las personas”.

La ventana de acción de la dupla demócrata es amplia, considerando que el 83% de los estadounidenses está insatisfecho sobre cómo están actualmente las cosas en el país, según la reciente encuesta de Gallup.

Esos números reflejan, en gran medida, el fracaso que representó el gobierno de Trump, quien vendió ilusiones políticas como si fueran grandeza en detrimento de grupos minoritarios.

“Aquí hay una porción de la población que ha sido víctima del señor Trump y de sus amigos, de sus secuaces, pero él ha logrado que los apoyen culpando a los inmigrantes y a las personas de color, incluso a las mujeres de su fracaso”, acota Aguasaco.

La derrota inaceptable

El presidente Trump ha perdido todas las batallas en tribunales sobre su acusación de “fraude electoral”, porque no tiene pruebas para demostrarlo. La Corte Suprema le dio un portazo al rechazar la petición del Fiscal General de Texas, Ken Paxton, sobre bloquear los procesos Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin, un argumento similar del equipo de defensa del mandatario, liderado por Rudy Giuliani.

A pesar de las derrotas, el republicano aún considera que Biden es un “presidente falso”. Lo hizo a través de Twitter, su canal favorito para expresarse libremente, desatando polémica sobre las afirmaciones de un supuesto “joven general” desplegado en Afganistán, quien le habría dicho que en ese país el proceso democrático es mejor que el de EE.UU.

“La nuestra, con sus millones y millones de boletas por correo corruptas, fue la elección de un país del tercer mundo. ¡Presidente falso!”, dijo. Nuevamente no presentó pruebas.

A young military man working in Afghanistan told me that elections in Afghanistan are far more secure and much better run than the USA’s 2020 Election. Ours, with its millions and millions of corrupt Mail-In Ballots, was the election of a third world country. Fake President!

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 26, 2020

El profesor Aguasaco, experto en estudios culturales, populismo y cultura popular y discursos de transición, acota que al presidente Trump tiene un capital político que sustenta a través de los medios o redes sociales.

“Lo que está buscando ahora es mantenerse en el centro de atención mediática, que es donde él tiene su capital social, su capital cultural”, explicó. “Lo que se viene ahora es alguien que intentará ser un presidente en la sombra, es decir, alguien que le haga contrapunto a la presidencia de Biden”.

En noviembre, el portal Page Six reveló que el presidente Trump tiene ofertas millonarias para escribir libros y mantenerse en los medios de comunicación. De concretarse, ese contrapunto del que habla el profesor Aguasaco, complicará la comunicación de la nueva administración.

“Durante todo el proceso de la candidatura de Trump a la presidencia se ha caracterizado por tener una adicción, parece adicto a la atención”, dijo el experto.

Aunque el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell (Kentucky), ya reconoció el triunfo de la dupla Biden-Harris y llamó a sus colegas a evitar desafiar la decisión de votantes, en la Cámara de Representantes todavía se espera que los aliados del presidente Trump hagan eco a sus acusaciones de “fraude” e intenten desafiar al Colegio Electoral, que confirmó los 306 votos para el demócrata.

La reconstrucción de EE.UU.

Durante su gobierno, el presidente Trump se dedicó principalmente a desmantelar las acciones del presidente Barack Obama, incluida la intención de desaparecer el Obamacare, el desmantelamiento de políticas contra el cambio climático, la implementación de más de 400 cambios migratorios, entre otros.

El profesor Aguasaco explica que el presidente electo Biden tardará meses o quizá años en lograr cambios.

“Los cambios no serán pronto, porque siempre es más fácil destruir que construir y siempre es más fácil herir que sanar, el proceso va a ser lento y eso va a requerir unas altas dosis de paciencia”, reconoció el experto. “Se va la enfermedad, pero nos quedan las secuelas”.

El plan de Biden se llama “Reconstruir mejor”. Durante su campaña, el demócrata prometió prioridad a los más desfavorecidos y afectados por la pandemia de coronavirus, incluida las comunidades latina y negra.

“Los latinos han sido socavados por el presidente (Donald) Trump… el plan del vicepresidente Biden tiene un acercamiento comprensivo, para brindarles más oportunidades, como en educación”, dijo en agosto a este diario una funcionaria de campaña del demócrata, previo a la presentación del plan que incluye estrategias económicas y para negocios de latinos y un impulso especial en educación.

El reto en el Congreso

“Mi partido se está autodestruyendo en el Altar de Trump. Los funcionarios electos republicanos, los líderes del partido y los votantes deben reconocer lo perjudicial que es esto para las perspectivas a largo plazo del partido”, escribió en The Washington Post Benjamin L. Ginsberg, quien trabajó como abogado electoral durante 38 años con los republicanos.

Algunos republicanos se han dado cuenta de ello, como se mencionó a McConnell, pero el presidente electo Biden tiene un nuevo reto ante la elección en Georgia, donde se decidirá quién contralará el Senado. De ello dependerá el avance de su agenda.

“El mejor escenario para Biden sería que los dos senadores de Georgia sean demócratas, de tal manera que el Senado quedara 50 y 50 y la vicepresidenta Harris tomara el voto decisivo”, explica Aguasaco.

Agregó que, si los demócratas se imponen con la mayoría, aunque sea mínima, los republicanos tendrían una “oportunidad de oro” para recuperar la confianza de los votantes.

“Si por alguna razón queda 52-50 esto sería una oportunidad de oro para los republicanos que, saliendo el señor Trump de la presidencia, podrían colaborar con el presidente Biden”, expuso.