
La madre relató que ambos fueron reportados como desaparecidos en enero, en Punta Cana, sin conocer su destino. Ahora, junto a su abogado, ha decidido tomar acciones legales, asegurando que nunca recibió ayuda ni asistencia por parte de las autoridades dominicanas.
Tras un test de ADN, se confirmó la identidad de los jóvenes, pero sus cuerpos siguen en Estados Unidos, impidiendo que sus familiares les den una sepultura digna.
El caso sigue bajo investigación por parte del Broward Sheriff’s Office (BSO) y la Oficina del Médico Forense del Condado de Broward, mientras la familia exige celeridad en el proceso.