La madrugada del jueves, Rusia bombardeó la capital ucraniana con una ofensiva masiva de drones y misiles que dejó al menos 15 muertos, entre ellos cuatro niños, y 48 heridos, según informaron las autoridades locales. El ataque, que incluyó un inusual golpe directo al centro de la ciudad, es considerado uno de los más grandes desde el inicio de la guerra hace tres años.
De acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania, Rusia lanzó 598 drones de ataque y señuelos junto con 31 misiles de distintos tipos contra objetivos en todo el país. Aunque la mayoría fueron interceptados, al menos 20 lugares en siete distritos de Kiev fueron impactados, provocando daños en casi 100 edificios, entre ellos un centro comercial en pleno centro.
El jefe de la administración de Kiev, Tymur Tkachenko, confirmó que entre las víctimas fatales se encontraban una niña de 2 años, un adolescente de 14 y una joven de 17. Advirtió además que la cifra de muertos podría aumentar, ya que varias personas permanecen bajo los escombros.
“Rusia elige la balística en lugar de la mesa de negociaciones”, denunció el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien exigió a la comunidad internacional una respuesta firme.
La versión de Moscú
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los ataques se dirigieron exclusivamente contra bases aéreas militares y empresas del complejo militar-industrial ucraniano, utilizando armas de largo alcance como misiles hipersónicos Kinzhal.
Moscú añadió que durante la misma noche derribó 102 drones ucranianos, y reportó incendios en dos refinerías de petróleo rusas tras ofensivas con drones enemigos: una en Afipsky (Krasnodar) y otra en Novokuibyshevsk (Samara).
En las últimas semanas, Ucrania ha intensificado sus ataques contra refinerías rusas para debilitar la economía de guerra de Putin, lo que ha disparado los precios del combustible en varias regiones.
Escenas de destrucción en Kiev
El ataque ruso alcanzó incluso el corazón de Kiev, algo inusual en los últimos meses de la guerra. En el distrito de Darnytskyi, un misil destruyó un edificio residencial de cinco pisos, dejando cuerpos bajo los escombros y una decena de personas desaparecidas.
El humo y el olor a quemado cubrían el área mientras los socorristas intentaban rescatar sobrevivientes. Entre las víctimas rescatadas se encontraba un niño.
“Es inhumano atacar a civiles. Con cada célula de mi cuerpo quiero que esta guerra termine lo antes posible”, dijo Oleksandr Khilko, vecino que ayudó a sacar a tres sobrevivientes, entre ellos un menor.
La empresa ferroviaria Ukrzaliznytsia informó de daños en su infraestructura en las regiones de Vinnytsia y Kiev, que causaron retrasos y obligaron a desviar trenes.
Impacto diplomático y reacción
El bombardeo afectó también edificios diplomáticos: la delegación de la Unión Europea en Kiev y la sede del British Council sufrieron daños materiales, aunque no se reportaron heridos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, condenó el ataque y advirtió que “Rusia debe detener de inmediato sus ataques indiscriminados y unirse a las negociaciones para una paz justa”.
La alta representante de la UE, Kaja Kallas, anunció la convocatoria del enviado ruso en Bruselas, mientras que el ministro francés de Exteriores, Jean-Noel Barrot, pidió “aumentar la presión para poner fin a esta masacre”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó la ofensiva como un acto de “terror y barbarie”:
“629 misiles y drones en una noche sobre Ucrania: este es el deseo de paz de Rusia”, escribió en X.
El ataque se produce semanas después de la reunión en Alaska entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la que discutieron posibles vías para poner fin al conflicto.
Aunque en un inicio se percibió un impulso diplomático, los avances han sido mínimos. Zelenskyy insiste en que Washington imponga sanciones más severas contra Rusia si Putin continúa dilatando las negociaciones.
“Todos los plazos ya se han roto, docenas de oportunidades para la diplomacia arruinadas”, afirmó el mandatario ucraniano.
Por su parte, Trump expresó esta semana su malestar por la demora de Putin en responder a la propuesta estadounidense de diálogo directo con Zelenskyy. Según adelantó, tomará una decisión sobre los próximos pasos en dos semanas si no se concreta una cita entre ambos líderes.
