El principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo este miércoles que si bien espera que se apruebe una vacuna contra el COVID-10 “en los próximos meses”, no cree que el país vuelva a tener “algo parecido a la normalidad hasta finales de 2021 o iniciado el 2022”.
En una entrevista con el decano de Medicina de la universidad australiana de Melbourne, Fauci habló también de la reticencia de una porción de la población estadounidense a usar mascarillas y del estado actual de la pandemia en el país.
Con respecto al primer tema, Fauci lamentó que miembros del partido republicano -entre ellos el presidente Donald Trump- se hubieran pronunciado en contra del uso de mascarillas, al punto de que se convirtiera en un asunto partidario.
“La gente era ridiculizada por usar mascarillas. Dependía de que lado del espectro político estaban. Eso es muy doloroso para mí como médico, científico y persona especializada en salud pública. Si hay un área en el que no debería haber divisiones es en la salud de la nación”, expresó.
Fauci también se mostró preocupado por el avance de la tercera ola de COVID-19 en el país norteamericano, que ha registrado en los últimos días cifras récord desde el inicio de la pandemia. Durante la última semana se reportó un promedio de 73.094 nuevos casos, un incremento del 40 por ciento con respecto a las cifras de dos semanas atrás.
El epidemiólogo fue concreto: dijo que la situación está “empeorando cada vez más”. El martes se reportaron más de 75.000 casos positivos y 1.043 muertes, lo que llevó el total a superar los 8,83 millones contagios y 227.400 decesos. En términos nominales, Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia a nivel global.
Un agente sanitario se dispone a tomar una muestra de una paciente en un puesto móvil de pruebas de COVID-19 en Milwaukee, en el estado de Wisconsin, Estados Unidos, el 21 de octubre de 2020. REUTERS/Bing Guan
Según reportó The New York Times, la tendencia continúa y a velocidades vertiginosas: 20 estados reportaron cifras récord de contagios en los últimos días. Entre ellos se cuentan Illinois, Tennessee, New Mexico, Nebraska y Utah.
Las autoridades de Wisconsin debieron abrir un hospital de campaña ante la saturación de su capacidad sanitaria; y Dakota del Norte, que había reportado una cantidad relativamente baja de casos, abandonó sus esfuerzos de rastreo ante su incremento exponencial.
El deterioro de la situación sanitaria -junto a la incertidumbre electoral- se ha traducido en dos días de pérdidas para los principales índices bursátiles del país. El S&P 500 de base amplia también perdió un 3,53 por ciento a 3.271,03, mientras que el índice compuesto Nasdaq, rico en tecnología, que se situó en 11.004,87 tras retroceder un 3,73 por ciento.
“Hace un mes, el discurso en el mercado era que los cierres serían limitados y selectivos, por lo que tendrían un menor impacto en la economía. Pero ahora, lo que vemos es una preocupación más amplia de que los cierres podrían ser más amplios y tener un impacto mucho más amplio”, dijo Hugh Gimber, estratega de mercado global de J.P. Morgan Asset Management, citado por el Wall Street Journal.
Trump, por su parte, ha asegurado que el país está “viendo la luz al final del tunel” y que la pandemia terminará pronto. Su jefe de gabinete, Mark Meadows, dijo esta semana que la administración “no va a controlar al virus”. “Vamos a tratar de contenerlo de la mejor manera en la que podamos”, expresó.
Donald Trump durante un evento de campaña. Foto: REUTERS/Jonathan Ernst
Su declaración generó revuelo, al punto que el candidato presidencial del partido demócrata, Joe Biden, dijo que “fue el reconocimiento explícito de lo que ha sido la estrategia del Presidente Trump desde el comienzo de esta crisis: izar una bandera blanca de la derrota, y esperar que el virus desaparezca sólo ignorándolo”.
El gobierno ha depositado sus esperanzas en la llegada de la vacuna. En otra entrevista esta semana, Meadows se mostró confiado en que “el lanzamiento de una de ellas se dará en solo un par de semanas”. Distintas compañías farmacéuticas han anticipado la posibilidad de solicitar una aprobación para sus vacunas antes de finales de año.
De ser este el caso, lo más probable es que quienes la reciban primero sean miembros del personal médico y los grupos de riesgo. El público en general estaría en condiciones de recibir la vacuna hacia mediados del 2021.