Lawrence Paul Anderson, el hombre acusado de matar a una mujer en Oklahoma y sacarle el corazón antes de matar a un tío y a una niña en la vivienda que compartían, había salido de prisión de manera anticipada gracias a un esfuerzo masivo de conmutación de sentencia en el estado.
En el 2017, Anderson había sido sentenciado a 20 años tras las rejas por violar la probatoria en un caso de drogas, reportó el diario The Oklahoman.
Sin embargo, el gobernador republicano Kevin Stitt le conmutó la sentencia el año pasado a nueve años en prisión, por lo que Anderson fue liberado en enero luego de cumplir poco más de tres años.
Este martes, un juez le negó libertad bajo fianza a Anderson, quien enfrenta tres cargos de asesinato en primer grado, uno de agresión y otro de mutilación, por los hechos reportados el 9 de febrero en Chickasha, a aproximadamente 35 millas del suroeste de Oklahoma City.
De acuerdo con la pesquisa del Departamento de Investigaciones del estado de Oklahoma, Anderson, de 42 años, está acusado de matar a Andrea Lynn Blankenship, de 41, y arrancarle el corazón para cocinarlo con papas a sus tíos con los que estaba viviendo desde que fue liberado de prisión.
Las autoridades reportaron que Anderson regresó de la casa de la vecina con el corazón, cocinó el órgano e intentó que sus tíos Delsie y Leon Pye, de 64 y 67 años, lo comieran antes de matar a este último y la nieta mayor de la pareja de 4 años.
En su aparición inicial en Corte, Anderson le pidió al juez llorando que no le concediera fianza.
El abogado del acusado, Al Hoch, dijo que pedirá una evaluación mental para determinar si su cliente es competente para enfrentar el proceso legal.
En el caso de Anderson, la Junta de indulto y Libertad Condicional votó 3-1 para que le otorgaran la conmutación, acorde con las nuevas reglas en el estado para reducir el nivel de de encarcelamiento.
Pero no todos están de acuerdo con la reforma al sistema judicial que entró en vigor a finales del 2019 y permitió la conmutación de penas a cientos de presos en Oklahoma.
“Es hora de que hagamos esto mejor”, dijo Jason Hicks, fiscal del distrito del condado Grady, según citado por la agencia de noticias Associated Press.
“Si nosotros tenemos la tasa de encarcelamiento más alta en el mundo, OK. Nosotros podemos ver a nuestros ciudadanos y ser honestos con ellos y decirles que ustedes están seguros. Yo no le puedo decir a la gente de mi distrito hoy que están seguros”, agregó.