
La abrupta ruptura entre Donald Trump y Elon Musk ha desatado una tormenta política y económica que amenaza con perjudicar a ambos. El presidente de Estados Unidos ve peligrar su ambicioso proyecto de ley fiscal, mientras que el hombre más rico del mundo podría enfrentar consecuencias millonarias para su imperio tecnológico.
Hasta hace poco, la relación entre ambos era estrecha. Musk llegó a donar más de 250 millones de dólares para apoyar la campaña de reelección del republicano, y ambos se trataban como “amigos”. Pero la salida del empresario del Departamento de Eficiencia Gubernamental y sus críticas públicas al “gran y hermoso” proyecto de ley fiscal impulsado por Trump marcaron un punto de inflexión.
La tensión estalló cuando Musk acusó a Trump de ocultar la lista de Jeffrey Epstein, sugiriendo que su nombre podría figurar en ella. Aunque luego borró el mensaje, el daño ya estaba hecho. El presidente respondió advirtiendo que cancelará los contratos gubernamentales con las empresas de Musk, afirmando que estará “un tiempo” sin hablar con él.
El impacto económico para Musk podría ser significativo. Según The New York Times, sus compañías mantienen al menos 100 contratos federales con 17 agencias del gobierno, que sumarían más de 3.000 millones de dólares, incluyendo vínculos clave con la NASA y el Departamento de Defensa.

Tesla, por su parte, ya ha visto una caída de 152.400 millones de dólares en su valor bursátil tras la disputa, con una pérdida del 14 % en bolsa en solo una semana. De aprobarse la nueva ley fiscal propuesta por Trump, la automotriz podría dejar de recibir 1.200 millones de dólares anuales, según estimaciones de JP Morgan.
En 2023, Tesla también recibió 2.760 millones por créditos regulatorios derivados del cumplimiento de normas ambientales.
El emporio tecnológico de Musk depende además de varias agencias regulatorias estadounidenses:
- La Administración Federal de Aviación (FAA) para lanzamientos de SpaceX,
- La FDA en el caso de Neuralink,
- Y la SEC respecto al cumplimiento financiero de Tesla.

En 2022, SpaceX firmó un contrato con la NASA por casi 5.000 millones de dólares para vuelos tripulados a la Estación Espacial Internacional.
Trump tampoco sale ileso. La confrontación con Musk podría debilitar el apoyo republicano a su proyecto de ley fiscal, que ya enfrenta críticas por agravar el déficit nacional. El rechazo público de Musk, que calificó la iniciativa como una “abominación terrible”, podría influir en senadores indecisos y frenar su aprobación en el Congreso.

Este quiebre también podría tener repercusiones en el mundo empresarial. La relación entre Trump y parte de la élite tecnológica fue señalada como una forma de “tecnofeudalismo”, donde ambos bandos se beneficiaban.
Ahora, figuras como Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Tim Cook podrían verse obligadas a definir su postura. Mientras tanto, Trump enfrenta desafíos con la FTC, que investiga a Meta por prácticas monopólicas, y con los aranceles tecnológicos que afectan a empresas como Apple.